Richard WM Jones es un auténtico hacker del Linux que cuenta en su blog cómo pasó bastante tiempo investigando un extraño bug que hacía que Linux 6.4 se quedara colgado durante el arranque. El problema es que esto sólo sucedía una de cada mil veces, o incluso una entre diez mil, si el hardware era Intel (no está muy claro el porqué).
El caso es que se planteó detectar donde estaba el problema porque afectaba negativamente a unos dispositivos con los que estaba trabajando, así que escribió un código de verificación para arrancar y comprobar el estado del arranque: correcto o fallo. Finalmente localizó el bug en uno de los cambios que se habían introducido en la función printk().
Lo más gracioso es quizá que, para asegurarse, arrancó Linux 292.612 veces comprobando que todo funcionaba sin problemas. Esta extraña hazaña –que seguramente es de récord– requirió 21 horas, pero se completó sin problemas. Luego volvió a hacer el cambio al código antiguo y vió cómo fallaba antes de llegar a las 1.000 veces, concluyendo así que su solución era correcta. Final feliz para la historia.
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