Estuvimos ayer en la inauguración del Little Apple Museum de Madrid, un pequeño rincón para los amantes de la informática y la tecnología, donde poder admirar y ver algunos de los primeros ordenadores de Apple. El museo se abre el próximo lunes 1 de octubre, por las tardes, en varias «sesiones» que hay que reservar por adelantado porque la visita se hace en grupos de 20 personas. Está situado en la zona de Avenida de América, justo al lado de la parada de Metro.
Aunque el museo es todavía pequeño sus creadores esperan verlo crecer y ampliarlo; en su interior está permitido hacer fotos. La entrada es gratis; quizá el año que viene se cobre un precio simbólico para los gastos de mantenimiento. Bajar al sótano donde están expuestas las máquinas es como adentrarse en una sencilla y entrañable galería de arte, en contraposición con los gigantescos y límpidos museos de la ciudad.
En total hay unos 22 equipos de todas las épocas, con un Apple II como el ejemplar más antiguo. Destacan un Apple Lisa –precursor del Macintosh– varios Mac 128K de los primeros y un NeXT Cube, el ordenador creado por Steve Jobs para competir con Apple en la época en que fue despedido miserablemente de la compañía.
Actualización (septiembre de 2020) – La web original ya no existe; el museo supongo que tampoco. Así que dejo el enlace histórico a Archive.org.
De todos estos equipos más o menos la mitad funciona y se pueden ver en acción, son los sistemas operativos de la época. Es especialmente curioso ver el Lisa funcionando: hay que arrancar el gigantesco disco duro de 5 MB tres minutos antes que el equipo, o los datos podrían borrarse; una vez en marcha las ventanas en blanco y negro –con un comportamiento parecido al de la actualidad, aunque más primitivo– muestran cómo eran las primeras interfaces gráficas.
También hay diversos ordenadores portátiles, desde el famoso «Mac Portable ladrillo» a los iBook de colores, y en una vitrina hay también un par de modelos de Newton, el «asistente personal» que reconocía la escritura y que fue el precursor de muchas otras agendas electrónicas, aunque no tuvo un final feliz. Comparativamente, es casi tan grande como tres o cuatro iPhones actuales.
El museo está por completar algunos detalles, como una sala en la que se proyectarán vídeos históricos, y pendiente también de terminar de reparar algunos de los equipos. Probablemente tras la inauguración y dada la filosofía sin ánimo de lucro del proyecto consigan muchos más equipos por parte de donantes de toda España.
La evolución del museo, según nos contaron sus promotores, es intentar recopilar más equipos y hacer viable su exposición y mantenimiento mediante acuerdos con otros museos, centros comerciales o universidades, para crear exposiciones temporales o itinerantes a las que puedan viajar todos los Mac. Un proyecto similar en Génova (Italia) tiene ya 22.000 equipos en catálogo; es probablemente el más grande del mundo.
{Fotos: Little Apple Museum (CC) Alvy @ Flickr. Algunas de las fotos tienen unas extrañas bandas de color horizontales porque por alguna extraña razón se corrompieron al pasarlas de la cámara al ordenador, sorry :-( }