Por @Wicho — 2 de marzo de 2006

Macbook Pro Un amigo me ha traído hoy un MacBook Pro a 2 GHz, recién llegado de la AppleStore, para que le configurara unas cosas, así que tuve la oportunidad de trastear con el cacharro unos 15 ó 20 minutos.

Unas primeras observaciones sobre su «físico»:

  • Si no fuera por la iSight incorporada, el receptor IR del mando a distancia, o el nombre estampado en la parte inferior de la pantalla, sería difícil distinguirlo de un PowerBook G4 sin ponerte a contar los puertos o sacar una regla, aunque si los pones lado a lado se aprecia que en efecto el MacBook es algo más delgado.
  • La pantalla, sin embargo, sí es apreciablemente más brillante que la de un PowerBook.
  • La fuente de alimentación es enorme comparada con las anteriores (aproximadamente un 40% más larga y un 5% más ancha; no me di cuenta de medir el grosor).
  • El conector MagSafe de la fuente parece funcionar muy bien.
En cuanto al software y su funcionamiento, no se aprecia ninguna diferencia con un Macintosh con procesador PowerPC; si te ponen un Macintosh con Intel conectado a un monitor externo de tal forma que no veas la CPU y no te dicen nada, creo que no podrías encontrar ninguna diferencia.

Rosetta, la tecnología de emulación que permite a los procesadores Intel ejecutar aplicaciones creadas para procesadores PowerPC, funciona de modo absolutamente transparente; no tarda nada en cargar ni hay que decirle nada, simplemente está ahí.

El MacBook Pro da la impresión de ser muy rápido. No tenía un cronómetro a mano, así que esto está medido con el segundero de mi reloj, pero para que te puedas hacer una idea:

  • Abrir Safari es instantáneo. Literalmente. Haces clic y ya está abierto; en mi PowerBook G4 a 1,25 GHz tarda unos 3 ó 4 segundos.
  • Microsoft Word 2004 se carga en unos 3 ó 4 segundos, igual que en mi PowerBook.
  • Photoshop CS se carga un poquito más rápido en el MacBook Pro que en mi PowerBook.
Hubiera querido probar más cosas, pero tanto mi amigo como yo teníamos que marcharnos así que me quedé con las ganas.

En cualquier caso, el resumen es que el MacBook Pro, a pesar del nombre espantoso y de que lleva en su interior un procesador Intel, es otro Macintosh más, sólo que más rápido… Lo que no es poco teniendo en cuenta lo distinto que es por dentro.

Actualización: En Ars Technica han publicado un análisis del MacBook Pro bastante extenso.

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