Por @Wicho — 26 de Enero de 2012

Visto el tamaño que tenían los componentes de aquella época, no es nada de extrañar esta anécdota que cuenta un lector de The Next Web en How one man got lost in a computer, and other tales from the forgotten days of tech:

En 1950, cuando tenía diez años, fui de visita al campus de la Universidad Estatal de Michigan. El ordenador estaba en la planta baja, apagado, con la puerta abierta. Tenía quizás la mitad de tamaño que un gimnasio, con un montón de filas de armarios más altos que yo. Di vueltas y vueltas por los pasillos mirando a las válvulas hasta que me aburrí. Pero para entonces ya no podía ver la puerta, y no recordaba cómo salir. Estaba literalmente «perdido en el ordenador». Así que seguí dando vueltas hasta que al final encontré la puerta y salí.

Ordenadores con puerta. Vaya concepto ;-)

(Vía Gizmodo).

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