Llevo unas semanas con un Monitor Brilliance LED 241P3 de 24" que nos envió amablemente Philips para probar, usándolo como segundo monitor junto a mi iMac. Es un periférico interesante del que el fabricante destaca sus colores naturales y el ahorro energético, algo que he podido comprobar directamente con el monitor de consumo que usamos habitualmente para las pruebas.
El Brilliance 241P3 es un monitor LCD de 24 pulgadas panorámico, que alcanza una resolución de 1920 x 1080 píxeles, suficiente para la categoría HD; digamos que es un tamaño de pantalla generoso sin ser exagerado. Va montado sobre un soporte a modo de pedestal muy cómodo y fácil de instalar; de hecho se puede colocar tanto en su posición natural horizontal como en vertical, aunque a menos que se vaya a usar para alguna aplicación especial la recomendable es la primera. También puede ajustarse en altura, girarse e inclinarse delicadamente con bastante precisión. Dos excelentes bonus: un hub USB de cuatro puertos para no tener los cables enredándose por ahí, y un par de altavoces estéreo integrados –que nunca vienen mal– que también eliminan cables innecesarios.
Un problema con el que me encontré fue localizar el cable adecuado para el iMac, aunque rebuscando por casa di con la solución óptima. El monitor funciona tanto con equipos Windows como Mac OS X, y acepta entradas por conectores VGA, y DVI-D (HDCP) y DisplayPort –curiosamente, no lleva HDMI–de hecho se entrega con varios cables estándar. Con un adaptador para Mini DisplayPort (se pueden encontrar por unos 30€) conseguí aprovechar toda la resolución con señal digital en DVI-D; fue literalmente enchufarlo y listo: el iMac lo reconoce como un monitor adicional y en el panel de Preferencias puede configurarse como «escritorio extendido», con su propio fondo de pantalla, menús, etcétera. En Windows es similar, aunque mediante un panel de control especial de Philips.
El Brilliance puede configurarse en varios idiomas, incluyendo español, mediante unos botones táctiles de la parte frontal y menús en pantalla. No encontré su respuesta táctil especialmente cómoda, pero tampoco es algo que se use todos los días, siendo realistas, excepto quizá para ajustar el volumen. Entre las opciones de configuración conviene revisar los modos de vídeo, que Philips denomina SmartImage, para adecuarlo a películas, trabajo en oficina, juegos, ahorro, etcétera.
Un detalle innovador del Brilliance 241P3 consiste la optimización del gasto energético, atenuando automáticamente la pantalla cuando no hay nadie frente a él, mediante una la tecnología denominada PowerSensor que también utiliza Philips en otros monitores. Para ello la pantalla cuenta con un par de sensores infrarrojos frontales, que literalmente miden la distancia a la que está sentada la persona que usa el ordenador. Si está, por ejemplo, a 80 cm, y se mueve un poco, no pasa nada. Pero si de repente se levanta de la silla y se va, el monitor «entiende» que ya no hay nadie mirando y se atenúa, con el consiguiente ahorro. Esta función es independiente del salvapantallas configurado en el ordenador, y funciona de esa forma tan básica pero efectiva. Basta configurar la sensibilidad en la primera sesión y el monitor queda listo para ahorrar cuando no haya nadie mirándolo.
Además de esto, está diseñado de tal modo que los modos «desactivado» y «espera» consuman lo mínimo posible (0,3-0,5W), a diferencia de otros aparatos del hogar que son auténticos vampiros de la energía. En funcionamiento tiene un modo Eco y otro normal, que suponen entre 14 y 19W de consumo. En unas semanas de uso convencional el medidor independiente estimaba unos 0,70 euros mensuales de gasto eléctrico; incluso usándolo a toda potencia las 24 horas el coste no pasaría de un un par euros al mes. Unos buenos números.
La calidad de imagen es la que cabe esperar en un monitor de este tipo, aunque conviene jugar un poco con los diversos modos dependiendo del uso que se le esté dando: las películas pueden quedar demasiado oscuras, pero los ajustes de la configuración permiten realzar los colores y darles un poco de vida. En cambio cuando se usa el equipo para escribir o dejar abiertas ventanas de monitorización se agradece que el brillo y contraste estén más bajos.
Es una buena combinación de pantalla práctica, ergonómica y cuidadosa con el ahorro de energía, características todas ellas muy relevantes hoy en día. Su PVP según las tiendas está alrededor de los 280-290 euros (IVA incluido), adecuado para el segmento en que se sitúa.