Por @Alvy — 6 de octubre de 2015

Philips BDM3270Q

He estado probado como monitor principal en las últimas semanas el BDM3270QP que amablemente nos hizo llegar Philips este verano. Se trata de un llamativo modelo de 32 pulgadas en Quad HD, es decir hasta 2560 × 1440 píxeles como resolución máxima, en formato 16:9. Tan grande es y con tanta resolución que al principio resulta casi chocante tenerlo en la mesa (estoy acostumbrado a un doblete de 27" + 24") y a esa resolución hasta el ordenador sufre para conseguir tanta calidad de vídeo.

Conexiones: todas las opciones

Conexiones del BDM3270

A diferencia de otros monitores y televisores el montaje mecánico de la tornillería del soporte es simple y resistente; se hace en dos minutos. El monitor se conecta al equipo con cables DisplayPort, HDMI, DVI o VGA y los adaptadores adecuados en cada caso (viene con varios cables). Yo lo enchufé para las pruebas a varios iMac y Macbook Air con los que funcionaba bien, pero no conseguí pasar de 1920 × 1080.

Así que llamé al soporte técnico y me atendieron estupendamente, realizando comprobaciones y proponiéndome alternativas, pero tras comprobar la información recibida sobre cableado, adaptadores e investigar otro poco por Internet llegué a la conclusión de que era imposible alcanzar con esos Macs a la resolución completa. Y aunque funcionaba muy bien tuve que recurrir a un portátil Toshiba de última generación prestado como última opción para comprobar cómo eran esos 1440 verticales: realmente espectaculares, tanto con las aplicaciones de escritorio como con la amplia variedad de vídeos 4K que hoy en día pueden encontrarse en YouTube.

Características y color: alto nivel

Este monitor no es para «trabajos pequeños»: 32 pulgadas son más de 81 cm de pantalla de diagonal; como tal está pensado para trabajos profesionales de CAD, vídeo y retoque fotográfico. Tiene un brillo de 300 cd/m², contraste 3000:1 y algo llamado SmartContrast que dicen proporciona 50 000 000:1; el caso es que se ve sorprendentemente bien desde cualquier ángulo (hasta 178 grados según las especificaciones, aunque en la práctica a mi me parece que lo óptimo no pasa de 120 grados (60+60) a ambos lados del frontal). Eso sí: no tiene ningún tipo de reflejos molestos, algo que se agradece enormemente.

¿Se pueden llegar a ver los píxeles individuales? Pues sí: con ese tamaño y a unos 90 ppp difícil sería no verlos pese a su alta resolución; pero también hay que tener muy buen ojo. Baste decir que para usarlo cómodamente es mejor aumentar el tamaño de la tipografía del sistema (¡y la velocidad del ratón!) porque con la estándar sería difícil hacer diana en los menús. Si esto se hace bien y se sitúa a la altura adecuada no hay problema en usarlo durante una jornada completa, por grande que sea.

En cuanto a color ofrece 10 bits por píxel (1000 millones de colores) aunque internamente trabaja con 12 bits; su tecnología de tratamiento de imagen y vídeo consigue que las imágenes queden más «suavizadas» en todo momento, por decirlo de algún modo. La frecuencia de refresco vertical es de entre 23 y 76 Hz (lo típico es usar 1080p a 60 Hz) y como no usa PWM no se aprecia ningún parpadeo molesto, detalle importante. No obstante en caso de pensar usarlo para videojuegos de acción es mejor probarlo antes porque el tiempo de respuesta (que varía entre 8 y 28 ms) puede resultar ligeramente incómodo si se usan modos de vídeo que requieran los tiempos más altos.

Smart Control y opciones

Otras características incluyen el soporte mecánico que permite regularlo en altura y posición (hasta pivotar 90 grados), dos altavoces de 3W sin grandes pretensiones y un modo PiP (Picture-in-Picture) que permite conectar y ver dos dispositivos a la vez. También cuenta con 4 conectores USB (dos 2.0 y otros dos 3.0, incluso uno llamado Quick Charge para cargar baterías con mayor amperaje) que para hacer de hub no vienen nada mal y el software SmartDesktop para Windows que permite configurar todos los detalles. El panel de control frontal de botones para mi gusto ha mejorado respecto a modelos anteriores aunque la interfaz de los menús sigue siendo un tanto espartana.

El precio oficial del Philips BDM3270QP son 699€ aunque según las tiendas pueda encontrarse a partir de 595€ (ej. Amazon). Algo más que razonable para un equipo de gama alta, que puede servir tanto como monitor principal como a modo de secundario para trabajos especializados. Es una estupenda opción para acompañar a portátiles y equipos pensados para trabajar con contenidos muy visuales que requieran alta resolución y sobre todo para poder apreciar los detalles y colores en todo su esplendor.

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