Paul Gardner Allen (1953-2018) fue un empresario, inversor y filántropo especialmente conocido por ser el cofundador de Microsoft junto con Bill Gates. Ambos se conocieron en la escuela Lakeside en su juventud y compartieron la pasión por los ordenadores; en ese genial dúo dinámico Bill Gates era el empollón y Paul Allen el listo. Con poco más de 20 años Allen cerraría un trato para comprar el QDOS y posteriormente proporcionar a IBM un sistema operativo para su primer PC. Allen programó parte del intérprete BASIC de Microsoft junto con Gates. Con el tiempo la empresa se convirtió en un gigante de la informática, empezó a cotizar en bolsa y con ello la fortuna de Allen –al igual que la de Gates– se convirtió en una de las mayores del mundo.
Tras dejar Microsoft participó en más de un centenar de empresas, entre las que destacan Vulcan Capital (su fondo de capital riesgo) y Dreamworks. Donó literalmente miles de millones a institutos y centros educativos. También compró equipos deportivos como los Portland Trail Blazers de la NBA y los Seattle Seahawks de la NFL. Incluso financió la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) con la construcción del proyecto Allen Telescope Array: 350 antenas de seis metros de diámetro. Otra de sus compañías era StratoLaunch, pensada para poner cohetes en órbita.
Entre otras curiosidades existe una especie de mosca con su nombre, la Mosca de Paul Allen (Eristalis alleni); y participó en competiciones como el Ansari X Prize con su equipo American Mojave Aerospace Ventures. En el momento de morir todavía era una de las 100 mayores fortunas del mundo (según las fuentes, con 20.000 millones de dólares ocupaba el puesto #46 o la #21, depende de cómo se mida). Su labor filantrópica puede seguirse a través de Paul Allen Philantrophies.
Steven Sinofsky escribió en Twitter un hilo con una estupenda semblanza de Allen tras haber pasado muchos años con él como su «asistente técnico personal» a partir de 1990.