Este es el interfaz con el que Eugene Goostman se relaciona con el mundo
Aún cuando nosotros mismo no tenemos muy claro qué es la inteligencia juzgar si un programa de ordenador es inteligente no es nada complicado, y a pesar de lo bien que lo está vendiendo la Universidad de Reading en Turing Test success marks milestone in computing history lo de Eugene Goostman no es para tanto.
Eugene Goostman es un bot conversacional –un programa de ordenador diseñado para mantener conversaciones– que se hace pasar por un adolescente ucraniano de 13 años que este pasado fin de semana consiguió engañar a un 33 por ciento de los 150 jueces humanos que tenían que decidir si estaban conversando con una persona o no haciéndoles creer que en efecto era un chaval de 13 años.
Esto, en efecto, permite a sus creadores y a la Universidad de Reading afirmar que Eugene ha pasado el test de Turing, pero a pesar de lo que se dice por ahí no es ni la primera vez que esto pasa ni supone un hito en la historia de la informática.
Resumiendo, Alan Turing dijo en 1950 que en el año 2000 habría ordenadores capaces de mantener una conversación con una persona usando mensajes de texto que serían capaces de engañar a estas personas durante al menos cinco minutos, y que esto pasaría con una probabilidad del 30 por ciento.
Pero tal y como se puede leer en No Skynet: Turing test 'success' isn't all it seems ya allá por 1991 un bot llamado PC Therapist creado por Joseph Weintraub logró engañar al 50 por ciento de los jueces en un test de Turing con 10 jueces, mientras que en 2011 el Cleverbot de Rollo Carpenter llegó a engañar a un 59,3 por ciento de los 30 jueces de otra prueba similar.
Vaya, que lo del 33 por ciento de Eugene está bien, pero tampoco es para tanto.
Y conviene no olvidar además que el hacerse pasar por un adolescente de 13 años le permite enmascarar de alguna forma su falta de conocimientos sobre algún tema o el tipo de respuestas que da, y que además se supone que no tiene el inglés como lengua materna, a diferencia de los jueces, lo que de nuevo jugaba a su favor.
Pero la inteligencia, sea lo que sea, va sin duda mucho más allá de ser capaz de chatear; inteligencia, por ejemplo, es lo que han demostrado los creadores de Eugene a la hora de programarlo y buscar una serie de estrategias que le permitieran pasar el test de Turing.
Test de Turing en XKCD: puntos extra si convences al juez de que él es un ordenador
Así que Ppodemos seguir respirando tranquilos, al menos por ahora: de Eugene a HAL 9000 aún falta bastante más que dos letras del abecedario.
(Algunos datos vía Iñaki Úcar).