Por @Alvy — 14 de febrero de 2018

Latencia al Teclear
Los retardos (latencia) al teclear, en milisegundos. Cuanto más bajo, mejor

Quienes hayan trabajado con ordenadores a lo largo de muchos años se habrán percatado –es difícil no hacerlo– de que por mucho que avance la tecnología los tiempos de respuesta son cada vez más lentos. Potencia de cálculo hay mucha, cantidades desmesuradas, pero en acciones tan habituales como teclear un texto la latencia o retardo acumulado debido precisamente a lo avanzado de muchas moderneces hace que muchas veces los equipos más punteros parezcan todo lo contrario: lentas tortugas.

La diferencia es sutil, tan sutil que es del orden de unas pocas decenas de milisegundos, pero los seres humanos somos muy buenos percibiendo esas diferencias. Dan Luu se entretuvo en medir esa sensación utilizando todos los equipos que tenía a su disposición. Y recorriendo 40 años de informática pudo obtener los datos de la tabla de latencias al teclear que muestran el tiempo que transcurre entre que se pulsa una tecla y esa letra aparece en la pantalla.

Uno de los problemas es que los teclados modernos se «escanean» a 100 o 200 Hz, mientras que el Apple IIe de hace 40 años lo hacía a 566 Hz, casi el triple. Y en las pantallas sucede lo mismo: aunque algunas de hoy en día dicen requerir sólo 1 ms para mostrar los datos en realidad son más bien 10 ms.

En otras tabla acerca de dispositivos móviles (teléfonos y tabletas) la situación no es mucho mejor: excepto el lápiz del iPad Pro (30 ms) todos los teclados en pantalla de los iPhone están entre 70 y 90 ms. Y esos son los mejores. Los Galaxy S7, Google Pixel 2XL o Huawei se van a 110-120 ms y los Motorola a 140 ms. Lo más lentos de la manada: los Kindle, que tardan en mostrar lo que se teclea entre 570 y 860 ms (¡más de medio segundo!)

Estaría bien que algún equipo moderno pudiera alcanzar los 30 ms del Apple IIe de Wozniak et al., pero la complejidad actual de los equipos y sus componentes, y la forma en que interactúan –además de una obviamente nada trabajada «optimización»– no lo hacen posible. Como sabiamente concluye Luu:

Es un tanto absurdo que una máquina moderna para juegos que corre a 4.000 veces la velocidad de un Apple II, con una CPU con 500.000 veces más transistores y una GPU con 2 millones de veces más pueda a duras penas conseguir la misma latencia que un Apple II – y eso si la aplicación está sumamente optimizada y se enchufa un monitor con una frecuencia de refresco tres veces mayor que la de los monitores que usábamos hace cuatro décadas.

La evolución de la tecnología… o no tanto a veces.

(Vía Boing Boing.)

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