Por @Wicho — 3 de marzo de 2006

Todos hemos leído en alguna ocasión una de esas historias de un portátil atropellado o que se cae desde el techo de un coche cuando el dueño arranca si acordarse de recoger el portátil y de cómo el portátil no sufre ni un rasguño…

PowerBook vs. acera

Este salió disparado de una mochila que alguien había olvidado cerrar y no fue tan afortunado, aunque aún funciona, sólo que a partir de ahora no servirá mucho como portátil…

Y no, no es mi portátil ni he asesinado, al menos no todavía, a la persona responsable del desaguisado.

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