Por @Wicho — 23 de enero de 2013

Aunque es difícil responder a la pregunta de cual fue el primer ordenador de la historia, prácticamente nadie discute que los orígenes de las máquinas programables se pueden llevar hasta el telar de Jacquard.

Claro que para que las cosas se líen un poco en realidad lo que inventó Joseph Marie Jacquard en 1801 no fue el telar, que ya estaba más que inventado, sino una forma de automatizar su funcionamiento.

Hasta la llegada de la invención de Jacquard entre cada paso de la lanzadera con la trama había que subir o bajar los hilos de la urdimbre, según correspondiera, a mano. Este proceso era lento y sujeto a errores, por lo que los diseños que se hacían no eran muy complicados.

Pero el dispositivo de Jacquard, sin embargo, era capaz de manejar hasta varios cientos de hilos de urdimbre a la vez y de manera extremadamente rápida, lo que sirvió para una mejora exponencial en la velocidad de producción de las telas y en la calidad y complejidad de los diseños que se podían hacer, así como para que Jacquard se forrara.

En el vídeo de arriba se ve cómo funciona un telar de Jacquard, o si lo prefieres un telar con un dispositivo de Jacquard acoplado, y si te fijas con atención verás que al final sale algo que siglo y medio después pasaríamos a asociar con los ordenadores: las tarjetas perforadas.

(El vídeo vía Boing Boing).

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