Por @Wicho — 3 de enero de 2015

The imitation game (Descifrando Enigma) (Morten Tyldum, 2014). Benedict Cumberbatch, Keira Knightley.

El trabajo de Alan Turing en Bletchley Park, en especial entre 1939 y 1941, mientras desarrollaba lo bomba criptográfica que permitió descifrar los mensajes codificados con las máquinas Enigma alemanas, es la parte central de esta película, aunque también incluye partes de sus tiempos en el colegio Sherborne y su relación con Christopher Morcom y de su detención y condena por ser homosexual –lo que era delito en el Reino Unido en aquella época– en Manchester entre 1951 y 1954.

No controlo lo suficiente de la biografía de Turing para poder opinar mucho de las partes del colegio y de Manchester, pero a juzgar por la parte que trata su trabajo en Bletchley Park, sospecho que los guionistas se habrán tomado unas cuantas licencias en lo que cuentan.

Porque por ejemplo la película da la impresión de que el diseño y construcción de las bombas criptográficas es solo cosa de Turing cuando en realidad basó su diseño en la bomba creada por el criptologista polaco Marian Rejewski ya en 1938, aunque en la película sí se reconoce la importante contribución del matemático Gordon Welchman, otro de los personajes de la película, al diseño de la bomba de Turing.

De hecho Turing y sus compañeros en Bletchley Park hicieron el diseño teórico de las máquinas; la implementación física y su construcción fueron cosa de Harold Keen de la British Tabulating Machine Company.

También da la impresión de que el trabajo en Bletchley Park lo llevaban a cabo Turing y sus compañeros, cuando allí trabajaron miles de personas, muchas de ellas mujeres, que apenas reciben una mención al final de la pelicula.

Otra licencia bastante grande es la del papel femenino de la película, que corre a cargo de Keira Knightley, que interpreta a Joan Clarke, una criptóloga que existió y cuyo trabajo fue realmente importante en Blecthley Park, pero que hasta donde yo sé no estuvo prometida con Turing ni nada parecido como sucede en la película.

Y así unas cuantas más.

En cualquier caso, y licencias creativas aparte, Benedict Cumberbatch está genial interpretando a un Turing excéntrico y prácticamente carente de habilidades sociales, pero el principal problema de esta película es que en mi opinión no consigue transmitir la importancia ni la urgencia del trabajo de Turing y sus compañeros en Bletchley Park, aunque al final sí cita ese famoso cálculo de que el poder descifrar los mensajes alemanes gracias a Ultra acortó la Segunda Guerra Mundial en un mínimo de dos años, evitando unos 14 millones de muertes.

También pasa muy de puntillas sobre otro punto muy importante de la biografía de Turing como fue su homosexualidad y como eso terminó por costarle su carrera y su vida, algo por lo que obtuvo una disculpa de Gordon Brown y un indulto póstumo de la reina Isabel, indulto que personalmente me parece injusto con todos los demás hombres y mujeres condenados bajo la misma ley y que solo quisieron vivir su vida tranquilos y que no contribuyeron a acelerar el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En definitiva, una película que se deja ver pero que podía –debía– haber sido más comprometida y emocionante, aunque al menos es una oportunidad de que la figura de Turing llegue más allá de los círculos más frikis; había mucha más gente en el cine viéndola de la que yo esperaba cuando fui a verla.

Actualización: Lola nos comenta que la propuesta de matrimonio de Alan Turing a Joan Clarke sí existió; nunca te acostarás sin aprender algo nuevo.

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