Por @Alvy — 26 de febrero de 2015

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Pocas veces se tiene la oportunidad de tener acceso un equipo verdaderamente puntero en algún aspecto, así que cuando nos ofrecieron amablemente para probar durante unas semanas una unidad del nuevo Toshiba P50t, que incorpora una pantalla Ultra HD 4K, no dudamos en hacerle un hueco en la mesa.

El equipo es un buen tanque con el chasis tradicional de aluminio de la familia Satellite, robusto y sólido. Su cerebro es un procesador Intel Core i7 2,5 GHz, 16 GB de RAM, 1 TB de disco duro y una tarjeta gráfica AMD Radeon R9 M265X con 2 GB de VRAM (los módulos son GDDR5, más rápidos que los DDR3), a los que acompaña una unidad Blu-ray BD-RE regrabable. Todo esto corriendo Windows 8.1 según se saca de la caja.

Para quienes gusten de los teclados cómodos y las zonas reposamuñecas amplias el Satellite P50t es bastante grande – yo tuve hasta problemas para meterlo en la mochila, probablemente porque su entorno más adecuado es una mesa de oficina, un puesto dedicado o un buen maletín. Estamos hablando de 2,35 kg y de 15,6 pulgadas de diagonal (casi 40 cm.) que además actúan como pantalla táctil.

La pantalla Ultra HD 4K ofrece una altísima resolución y su densidad equivale a unos 282 píxeles por pulgada, que resultan totalmente imposibles de distinguir a simple vista, proporcionando una imagen tan suave como vistosa.

Muchas son las tecnologías de color que incorpora esta pantalla de última generación, en la que hay en total 3840 × 2160 píxeles, algo más de 8 millones de pequeños ledes luminosos en formato panorámico 16:9. La más destacada es el ChromaTune que ayuda en la calibración y ajuste de color. El resultado es sencillamente magnífico: una imagen suave, con una nitidez asombrosa y un fluir sin saltos ni efectos extraños.

Pero (siempre tiene que haber un pero) la pantalla también tiene un problema: los reflejos. Dependiendo del entorno, la hora del día y la iluminación ambiente, la superficie de la pantalla refleja es exceso la luz exterior y en ocasiones parece que vaya a convertir en un espejo, dejando la visualización en buena pero no «ideal». Ahora bien, ¿cuán problemático es esto? Normalmente basta mover un poco el equipo para encontrar un ángulo mejor – pero esa no es la mejor solución a veces. Si el portátil se maneja en un entorno controlado, por ejemplo la misma mesa o sala, es algo relativamente fácil de evitar. Si en cambio se pretende utilizar en otros ambientes, donde pueda haber luces que no se puedan controlar, ventanas demasiado iluminadas u otras circunstancias poco habituales, quizá se desaproveche una de sus mejores características.

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En cuanto a otros aspectos el P50t también cuenta con unos buenos altavoces Harman/Kardon y DTS Sound, adecuados para acompañar cualquier vídeo o película; un modo para reproducir música sin tener que encender el equipo, cuatro conectores USB, lectores de tarjetas y un HDMI como salida para conectarlo a monitores externos (y por ejemplo aprovechar el modo 3D de los Blu-ray).

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En cuanto a la forma de interactuar con el equipo: el teclado incluye panel numérico; el ClickPad (trackpad) es algo más suave que en los antiguos modelos de Toshiba y la pantalla táctil responde hasta a diez puntos/dedos a la vez. Primera experiencia para mi también la de un portátil «táctil» ¿Es realmente práctica una pantalla de este tipo en un equipo así?

Debido a la postura típica si el equipo está en la mesa manejarlo durante un rato con la pantalla produce algo de cansancio, lo que se conoce como efecto «brazo de gorila». Eso sí: no es algo que haya que estar haciendo continuamente, y de hecho para ciertas operaciones es normal ir cambiando: pantalla, teclado, trackpad. De hecho es habitual encontrarse usándolo con la interfaz Metro con el dedo y cambiar al teclado/trackpad al entrar en el Escritorio de toda la vida.

Añadir que es bastante curiosa la sensación de poder tocar la pantalla y que responda, algo que a veces se hace por instinto en los portátiles o monitores antiguos solo para frustrarse al ver que no son táctiles. Así que como añadido digamos que está bien. Quizá se podría mejorar personalizando el tamaño de los iconos y tipos de letra del sistema para que fuera más fácil «acertar» con los clics, aunque incluso en la configuración estándar es aceptable.

La batería del P50t se comporta razonablemente bien en cuanto a tiempo de carga (algo más de dos horas) pero no tanto en funcionamiento, donde dependiendo de lo que se está haciendo la energía puede simplemente desvanecerse en menos de una hora. Para un uso normal, navegar por Internet y abrir algunas aplicaciones no hay problema. Pero la pantalla Ultra HD 4K es sencillamente voraz, de modo que conviene no estar muy lejos de un enchufe – más que nada porque la batería no se puede sustituir por otra sobre la marcha. Además de eso, el equipo no brilla precisamente por detalles como la elegancia de los cables y el transformador, que resultan demasiado grandes y toscos (550 gr.).

En cuanto a la relación prestaciones/precio el P50t sale muy bien parado: los 1.499 euros (IVA incluido) muestran que el equipo está en la gama «alto rendimiento» pero con un montón de características por un precio más que razonable. Lo más destacado, la pantalla, puede tener buena acogida entre profesionales de la fotografía, gamers, diseñadores o profesionales de las presentaciones, ingenieros o editores de vídeo que trabajen con Windows. En el caso de Toshiba es bien sabido que además «la marca tira mucho» y que para mucha gente puede ser más importante quedarse en la «zona segura» a la hora de probar nuevas tecnologías, como son en este caso el Ultra HD o la pantalla táctil.

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