John Paczkowski ha recopilado en First Computers unas cuantas historias sobre la gente de Silicon Valley y sus primeros ordenadores. La fauna es de lo más variada: Osbornes, Commodores 64, 286s, Altair... las historias personales sobre estos cacharros (¡y sus precios!) son de lo más divertidas.
El mío fue un VIC-20 de Commodore. Tenía 3,5 KB de RAM y Basic. Era de los primeros ordenadores domésticos con color: se enchufaba mediante un adaptador a una televisión, aunque la única que tenía era en blanco y negro. Tal como me lo regalaron venía con el cartucho Código Máquina, que como no entendía para que servía, cambié por el de Space Invaders (aunque con el tiempo volví a comprarlo, y también una ampliación de 16 KB por 16.000 pesetas). Hasta pasados dos meses no conseguí un datassette para grabar los programas en cintas: transcribía los programas rn papel, a mano, y luego los volvía a escribir al encenderlo. O los copiaba de revistas, manuales o libros. Al año siguiente Papá Noel me trajo una impresora matricial, cuya capacidad de buffer era exactamente de una línea de 80 caracteres. Todavía tengo el VIC-20 en el armario y lo enciendo de año en año para ver si arranca... y sorprendentemente funciona.
¿Te acuerdas de tu primer ordenador? ¿Todavía lo tienes?
(Vía Dan Gillmor.)