Por @Wicho — 27 de enero de 2010

Bastó con que a principios de este mes se filtrara la información de que Apple había reservado un local en San Francisco para el próximo día 27 para que la máquina de rumores se pusiera a funcionar a todo ritmo, ayudada sin duda por el convencimiento de que la empresa está trabajando ya desde hace algún tiempo en un esperadísimo tablet.

Este vendría a ser como un iPhone en grande, y muchos lo vemos como un producto más interesante que un lector de libros electrónicos, porque aunque no son realmente comparables, un tablet sería mucho más versátil.

Pero lo curioso del caso es que Apple ha conseguido que se hable y especule en todo tipo de medios con lo que va a presentar ese día sin tener que invertir nada en publicidad.

Esto tiene mucho que ver con la pasión que los usuarios de la marca tienen por sus productos, pero me atrevería a decir que tiene también mucho que ver con que, una y otra vez, Apple ha sido capaz de redefinir los mercados en los que se mete.

Lo hizo en su momento con el Macintosh, que aunque al principio no funcionó demasiado bien comercialmente, sirvió para hacer que en la informática se impusieran los interfaces gráficos con ratón, puntero, iconos y ventanas, frente a las líneas de comando habituales hasta entonces.

Lo volvió a hacer con el iPod en el mercado de los reproductores de música, aún cuando muchos, entre los que me incluyo, no entendimos por qué Apple había decidido sacar al mercado ese producto y temimos que fuera a acabar con la empresa, aunque nada más lejos de la realidad, pues no solo ha vendido millones y millones de ellos, sino que además le han servido para convencer a muchas personas de que se compren ordenadores Macintosh.

Y volvió a dar el campanazo con el iPhone, poniendo patas arriba el mercado de los teléfonos inteligentes, vendiendo tantos como es capaz de fabricar, y dejando muy atrás a otros fabricantes muy establecidos en ese mercado.

Así que parece lógico que las expectativas para hoy sean tan grandes, pues esperamos que Apple esté a punto de sorprendernos de nuevo como pocas empresas saben y pueden hacer.

{ Publicado originalmente en La Voz de Galicia, donde colaboramos habitualmente }

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