Esta página salió en la edición del domingo pasado de La Voz de Galicia, diario en el que nos han fichado como colaboradores para publicar una página sobre tecnología, ordenadores, Internet y esas cosas en la sección de Sociedad.
Internet en todos los rincones,
La Voz de Galicia 15 de marzo de 2009.
El montaje de las redes que permiten al usuario utilizar el ordenador en cualquier habitación de su hogar es cada vez más sencillo y con precios más asequibles
Desde hace algún tiempo es cada vez más habitual que queramos tener no ya una conexión a Internet sino una conexión a Internet a la que se pueda acceder desde todos los rincones de nuestro domicilio y que pueda ser compartida por varios ordenadores o dispositivos electrónicos como teléfonos móviles o consolas.
Una primera opción básica para hacer esto es montar una red Ethernet en casa, lo que implica pasar cables desde el lugar en el que esté el punto de acceso a Internet hasta el resto de la casa y distribuir la señal mediante un dispositivo llamado hub que, para entendernos, hace una función similar a la de una base múltiple de enchufes, pero con una red de datos. Además, si el dispositivo que el proveedor de acceso a Internet ha montado no lo hace, este hub tiene que ser capaz de compartir la conexión entre los distintos dispositivos que le queramos conectar, con lo cual en realidad en vez de un hub estaríamos hablando de un router que además incorporaría las funciones del hub. Son dispositivos muy baratos que se encuentran en cualquier tienda de ordenadores.
Sin cables
Pasar cables puede ser engorroso o imposible. La tendencia clara en estos momentos es la de montar redes basadas en el estándar IEEE 802.11, las que todo el mundo conoce como redes wifi (aunque en realidad el nombre oficial es Wi-Fi, con guión). En estas redes los cables se sustituyen por una señal de radio, igual que en los teléfonos inalámbricos o en los emisores que sirven para llevar la señal de televisión a lugares de la casa en los que no hay toma de antena.
Al estar basadas en un estándar no suele haber problemas de funcionamiento entre equipos de distintos fabricantes, aunque existen varias versiones de este que proporcionan distintas velocidades de transmisión de datos.
Las más populares son sin duda las 802.11b, 802.11g y la 802.11n, todas ellas compatibles entre sí. Cada una de ellas es más rápida que las anteriores y permiten velocidades máximas teóricas de 11, 54 y 600 Megabits por segundo respectivamente, aunque debido a varios factores nunca se alcanzan estas velocidades máximas.
De hecho, las conexiones wifi son bastante más lentas que las conexiones por cable, aunque para compartir el acceso a Internet esto no importa ya que la limitación de velocidad la pone siempre la propia conexión a Internet.
La distancia máxima que alcanzan estas conexiones es variable, y aunque se suele decir que son algo menos de 100 metros en exteriores y unos 30 en interiores, en realidad, esto depende mucho del tipo de paredes que haya por medio e incluso de la presencia de otros dispositivos que funcionen en el mismo rango de frecuencias de radio que las redes wifi como pueden ser los microondas, los citados teléfonos inalámbricos, e incluso los dispositivos Bluetooth.
En cualquier caso, se puede extender el alcance de las redes wifi usando repetidores que recogen las señales procedentes del router y de los equipos conectados a la red y las reenvían, de manera muy parecida a lo que sucede con los repetidores de las señales de televisión o con las estaciones base de telefonía móvil, y en el futuro el desarrollo del estándar WiMAX apunta a la posibilidad de crear redes con kilómetros de alcance.
Para montar una red wifi lo único que hace falta es montar un router wifi que es como el que hablábamos al principio, pero que en lugar de repartir la señal y la conexión a Internet usando cables lo hace mediante radio, y que los ordenadores y dispositivos con los que se quiera usar tengan también conexión wifi, algo ya prácticamente estándar en portátiles y teléfonos móviles medianamente avanzados, y que también se puede incorporar a los equipos que no las tengan mediante tarjetas internas PCI o equipos wifi que se conectan al puerto USB.
Mezclando opciones
De hecho, es muy habitual crear redes en las que conviven equipos que se conectan mediante wifi y mediante cable, pues muchos routers wifi, si no todos, incorporan también conexiones por cable. Un aspecto a tener en cuenta con las redes wifi es el de la seguridad, ya que la información que se transmite por ellas la puede interceptar fácilmente cualquiera que esté dentro del alcance de una red determinada, aunque todos los equipos wifi incluyen la opción de cifrar la información que circula por ellos mediante una contraseña, y también se pueden configurar para que funcionen solo con unos equipos determinados según su dirección MAC, que es algo así como un número de serie que identifica de manera única a cada ordenador.
En cualquier caso, muchas personas y establecimientos optan por dejar sus redes abiertas para que cualquiera las pueda usar al entender que compartirlas es correcto.
Finalmente, cabe mencionar la opción de utilizar equipos PLC para crear una red utilizando la instalación eléctrica, aunque en este caso no existe un estándar que haya sido adoptado universalmente, con lo que puede ser difícil, si no imposible, hacer que equipos de distintos fabricantes se comuniquen entre si.
- Las P2P, en el punto de mira, la página de la semana pasada.