Esta es una pequeña pieza de opinión que me pidió La Voz de Galicia sobre el que Steve Jobs haya anunciado que deja la empresa en manos de Tim Cook al menos hasta el verano. Salió en la página 28 junto con el artículo Jobs deja el timón de Apple al agravarse su enfermedad.
Como usuario de ordenadores Apple desde hace mucho tiempo, recuerdo con especial desagrado los años posteriores a que Steve Jobs saliera de la empresa, después de que John Sculley se hiciera con el control en 1985. Fueron años de productos fallidos, de escaso éxito en mover la compañía hacia el futuro, y años en los que esta estuvo en un tris de desaparecer a causa de la falta de liderazgo o visión.
No es que Jobs esté libre de culpa y, de hecho, cuando decidió marcharse de Apple llevaba a sus espaldas una serie de errores que le costaron caro a la empresa, y también se las arregló para que NeXT —la firma que fundó al dejar Apple— no fuera muy bien. Pero su regreso a Apple en 1997 marcó un punto de inflexión y a partir de 1998, con el iMac original —un producto que se puede decir que salvó a la compañía—, y más tarde con el iPod y el iPhone, volvió a colocarla en la vanguardia.
El que ahora tenga que aflojar gas, aunque solo sea por unos meses, pone en el tapete muy claramente la cuestión de si en la empresa hay alguien que pueda sucederlo, y lo cierto es que tengo mis dudas, e incluso de que haya alguien fuera de ella capaz de hacerlo, aunque es algo a lo que tarde o temprano Apple y sus usuarios tendremos que enfrentarnos.