Con el breve título de 41 tenemos esta curiosa película indie australiana de bajo presupuesto con los viajes en el tiempo como tema principal. En mi caso ha sido una de esas que te encuentras por casualidad: es de 2012 y hasta 2015 no la distrubuyeron –completa– en YouTube. Dicho esto, resulta que se deja ver bastante bien para ser un largometraje de este tipo, así que para los que somos aficionados a la temática hay que marcarla como visita obligada.
En la historia de escrita y dirigida por Glenn Triggs el protagonista encuentra una extraña forma de viajar en el tiempo, que le permite dar saltos de 12 horas hacia el pasado, que no hacia el futuro. Eso hace que se encuentre a sí mismo y empiecen a producirse situaciones incómodas y otros sucesos que intenta arreglar como buenamente puede – lo que no siempre resulta del todo fácil.
Los actores principales están suficientemente bien, la producción todo lo cuidada que puede estar para ser indie y aunque la historia se podía haber montado en 45 minutos en vez de 80 dejándola en el formato «episodio largo» con mejor ritmo, tampoco aburre – de hecho la película transcurre claramente «de menos a más». (Yo le hubiera metido la tijera tanto al principio como al final, pero eso ya es cuestión de gustos, claro – no te fíes sólo por eso) La banda sonora acompaña y la historia tiene un punto intrigante, humanista y podría decirse que incluso original para este tipo de tramas – léase: 12 Monos, Regreso al Futuro, Primer, Atrapado en el tiempo, La novia del viajero del tiempo entre otras.
Como bonus también está en YouTube el Making of 41, donde director y actores explican la génesis del proyecto y la producción – algo interesante para quienes se planteen meterse en proyectos de bajo presupuesto de este tipo. Por poner un ejemplo, cuentan cómo abarataron todo grabando con una Canon 5D (sólo pagaron el alquiler de un dolly) o cómo consiguieron un exterior estupendo gratis e imposible (la escena de la cafetería) básicamente pidiendo favores, la más vieja de las estrategias. También tiene mérito cómo han podido resolver la película entera sin un solo efecto especial, incluyendo el «mecanismo de viaje en el tiempo», que entra dentro de lo ingenioso.