Barrenderos espaciales (Netflix) tiene lugar en el año 2092. La Tierra está hecha unos zorros y resulta ya casi imposible vivir en ella. La megacorporación UTS, sin embargo, ha establecido un hábitat orbital en el que aquellas personas que pasan sus criterios de selección pueden vivir cómodamente. Pero el plan último de James Sullivan, el presidente de UTS, es terraformar y colonizar Marte. Aunque a ver quién es digno de emprender el viaje, claro.
En esa tesitura la tripulación de la nave Victoria, que se dedica a la recuperación de basura espacial –y la hay para dar y tomar– hace un descubrimiento que alterará sus vidas y, potencialmente, el futuro de la Tierra. Pero para ello antes tendrán que conseguir dejar atrás sus respectivos pasados y las cargas que ellos conllevan.
No es la película de mi vida, y cae en unos cuantos tópicos –no diré que todos– pero me ha parecido entretenida y, sobre todo, curiosa de ver para saber qué tipo de grandes producciones de ciencia ficción hace el cine surcoreano. Y como va incluida con la suscripción a Netflix pues tampoco pierdes nada por verla. Y siempre puedes darle a parar si no te gusta.