Por @Alvy — 17 de abril de 2013
El otro día me recordaron que no habíamos comentado nada de la segunda temporada de Black Mirror, la miniserie británica de la que disfrutamos el año pasado como enanos. Si la primera temporada estaba dedica a las historias sobre un futuro cercano y un tanto distópico en esta segunda la línea es exactamente la misma.
Las historias se diría están incluso más trabajadas aunque de calidad me parecieron un tanto desiguales. Eso sí: el guión del primer episodio, Be Right Back («Ahora mismo vuelvo») es tan genial que compensa a los otros dos (en total hay tres, de unos 45-50 minutos cada uno). La producción sigue siendo igual de buena y el efecto de dejarte pensando y dándole vueltas al coco es sencillamente impresionante.
