Por @Wicho — 26 de enero de 2019

Es una política muy peligrosa. Alguien tiene que pararla.

Una tarde el sargento de la policía David Budd evita un atentado en un tren con destino a Londres. Como recompensa a su acción su jefa lo nombra responsable de la protección de Julia Montague, ministra del Interior, lo que en principio es un ascenso para él.

Pero para Budd, que es un veterano del ejército que sirvió en Afganistán y sufre de síndrome de stress post-traumático, el ascenso no hace más que exacerbar los conflictos que tiene en su cabeza acerca del cumplimiento del deber frente al desprecio por los políticos que juegan a la guerra sin que les importe lo más mínimo quién sufre a causa de sus decisiones. Montague, por su parte, es la principal impulsora de una nueva legislación que quiere dar a las autoridades más poder para meterse en las vidas privadas de los ciudadanos, con lo que muchos de sus enemigos políticos quieren pararla… y no puede tener posiciones políticas más enfrentadas a las de Budd.

Budd y Montague

No quiero hacer espoilers pero a partir de la incorporación de Budd a su nuevo puesto todo se empieza a liar. Mucho. Aumenta la presión de los terroristas con un nuevo ataque; Montague, Budd y su conductor son atacados por un francotirador… y esto sin pasar del tercer capítulo.

Todos estos momentos de tensa acción se ven además aderezados por momentos que, aunque en principio son más tranquilos porque no hay tiros ni explosiones, no están exentos tampoco de tensión porque las agendas de los distintos personajes no son siempre muy confesables.

Así que a la altura del último capítulo ya no sabes muy bien qué pretende la mayoría de los personajes ni cuales son sus objetivos reales, aunque está muy claro que muchos de ellos están dispuestos a ¿casi? cualquier cosa con tal de mantener el status quo o incluso con tal de ganar poder. Y al final del último capítulo estás alucinando con los giros de guión que no viste venir.

Bodyguard, que ha sido la que más audiencia ha tenido en la BBC desde que hay registros de audiencia, está disponible en Netflix. Y no me extraña, porque es de esas que no puedes parar de ver. Molan mucho, por cierto, lo poderosas que son las mujeres en esta serie.

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