La película Rogue One (2016) se sitúa cronológicamente justo antes del episodio IV de Star Wars que se filmó entre 1975 y 1976. Hay 40 años entre ambas películas, pero la narrativa de Rogue One hacía necesario recuperar a personajes de Una nueva esperanza. Fue el caso Tarkin a quien Peter Cushing había dado vida en 1977. Pero el actor falleció en 1994, por lo que hubo que resucitarlo digitalmente para la ocasión.
El minireportaje de ABC News explica cómo fue el proceso técnico de resucitación, incluyendo las dificultades de, además de reproducir digitalmente a un ser humano conocido, controlar detalles como la iluminación en el rostro o la sincronización de los labios. El actor humano que hacía de percha para la versión digital de Cushing, Guy Henry, tuvo además adoptar movimientos y gestos Cushing para interpretar primero al actor fallecido y por extensión al personaje que interpretó.
Lucasfilm consideró que este era «un caso especial» y que era poco probable que volvieran a hacer algo así en el futuro. Pero la reciente muerte de Carrie Fisher podría crear otro «caso especial» de cara al episodio IX. Se sabe que antes de su muerte Carrie Fisher ya había grabado sus escenas para el episodio VIII.
Hay quien considera que se trata de un recurso éticamente cuestionable, aunque siendo realistas y al menos por ahora se trata de algo meramente anecdótico.
Vía Digital Spy.
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