Por @Alvy — 13 de octubre de 2023

Nos enteramos de la triste noticia de que ha muerto Carlos Pumares (1943-2023), uno de los críticos de cine más conocidos y queridos por el público. Muchos lo descubrimos en las madrugadas de la los inicios de la mítica Antena 3 radio, donde su programa Polvo de estrellas arrancaba cuando terminaba el programa deportivo de José María García. Como eso dependía de la actualidad no tenía hora fija, cosa que siempre le repateó bastante.

Carlos pumares contaba y explicaba películas y conceptos del cine y dedicaba una sección a «las preguntas de los oyentes» donde la gente le hacía preguntas, se investigaban títulos olvidados y le pedía opinión sobre películas de todo pelaje. Los temas se repetían y había quienes de cachondeo le preguntaban por películas malísimas que odiaba, momento en el que sacaba su lado gruñón (legendaria su crítica de Fire, Walk with Me, la precuela de Twin Peaks).

Uno de sus programas más míticos se puede escuchar todavía en YouTube, que fue el que dedicó a 2001: una odisea del espacio, por cuya historia y la del monolito le preguntaron miles de veces. Es una joya en sí mismo, el famoso Especial: el monolito, donde se desvela y su engirmático significado en la película de Kubrick y el cuento El centinela de Arthur C. Clarke en que se inspira y basa la película.

Pumares daba la sensación de haber visto todas las películas del mundo. Eso tenía un mérito especial en una época (80-90s) en la que apenas había internet y menos YouTube, Netflix y similares. Debió atesorar miles y miles de cintas de vídeo en sus estanterías, que contaba que pacientemente había de migrar de unos sistemas de vídeo a otros (VHS, Beta, 2000, LaserDisc, DVD, Blu-Ray) cada vez que la industria transicionaba. Recuerdo un programa medio entrevista medio «interrogatorio» donde preguntó a un directivo de Sony España por el futuro del Betamax casero, exprimiéndole hasta que dijo que «siempre existirían vídeos caseros Beta» para su tranquilidad… Ahí queda eso.

Crítico, periodista, guionista e incluso actor de cameos, tras saltar de una a otra cadena de radio probó con la televisión con la llegada de las cadenas privadas, donde ya había participado como asesor para la elección de las películas del no menos mítico programa de debate La clave para Balbín. Se convirtió en un personaje televisivo con toques gruñones, polifacético y de tertuliano polémico que «sabía de todo».

Sus programas de radio todavía pueden escucharse buscándolos un poco por algunos archivos antiguos de la Red. Siguen siendo pequeñas joyas, llenas de sabiduría sobre el séptimo arte. Personalmente le agradezco todo aprendí en aquellos años sobre cine, una de mis aficiones favoritas.

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