Por @Wicho — 31 de octubre de 2016

Doctor Strange (Marvel Studios 2016). El doctor Stephen Strange es un brillantísimo neurocirujano, aunque todo lo que tiene de bueno como profesional lo tiene de malo como persona. Arrogante, engreído, egoísta… Lo tiene todo para resultar odioso.

Pero toda su lamentable vida se viene abajo tras un accidente de coche en el que sus manos resultan dañadas. Tras ver que ninguno de sus colegas ni procedimientos médicos conocidos pueden hacer que estas dejen de temblar, lo que obviamente le impide seguir trabajando como cirujano, descubre por casualidad la existencia de Kamar-Taj, un lugar donde le dicen que pueden curarlo.

Las manos chungas del Dr. Strange

Así que emprende un viaje hacia Katmandú, donde efectivamente consigue ser admitido en Kamar-Taj, una especie de templo–academia donde la Anciana instruye a sus discípulos en las artes místicas, revelándole la existencia de unas fuerzas y un multiverso que la inmensa mayoría de las personas por supuesto no sabemos que están ahí.

Strange pronto demuestra una increíble habilidad en el uso de las artes místicas aunque cuando su formación aún no está terminada, casi como es de rigor en la historia de la creación de cualquier héroe, se ve inmerso de lleno en el conflicto ente la Anciana y Kaecilius, un antiguo discípulo que se ha dejado atraer por la promesa de inmortalidad de Dormammu, el ser que domina un universo paralelo.

Dr. Strange haciendo de las suyas

Con unos geniales y escheriano–inceptianos efectos especiales y con el consabido cameo de Stan Lee esta película da la bienvenida al universo cinematográfico Marvel a este personaje, destinado a convertirse el protector de la Tierra en lo que se refiere a amenazas místicas, aunque a buen seguro que en el futuro colaborará con otros personajes de Marvel, tal y como se puede ver en…

Nueva York sometida al tratamiento Strange

En este sentido el guión es un tanto previsible y sirve poco más que para presentar al personaje, contar su génesis, presentar a los que serán sus enemigos más formidables, y ponerlo en el contexto del universo en el que va a vivir.

Pero es una película entretenida y que merece la pena ser vista en el cine para disfrutar de esos efectos especiales como tiene que ser.

Y recuerda, un verdadero fan de Marvel se queda hasta el final de los créditos.

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