Por @Wicho — 20 de septiembre de 2021

Decenas de miles de años en nuestro futuro la humanidad se ha extendido por el universo conocido gracias a la especia, una sustancia que permite a los Navegantes de la Cofradía Espacial plegar el espacio y mover naves de un lugar a otro del universo de forma instantánea. La especia sólo se produce en el planeta Arrakis. Controlar su producción da un enorme poder, poder que en el que empiezan los hechos narrados en Dune lleva 80 años en manos de la Casa Harkonnen. Hasta que el Emperador Padishah Shaddam IV decide otorgar a la Casa Atreides la gestión de su producción.

Eso es en realidad un regalo envenenado que pone en marcha una compleja historia en la que Frank Herbert, el autor de la novela original, habla de temas como la ecología, las grandes corporaciones, el totalitarismo, el colonialismo, o el mesianismo, por citar algunos temas. De hecho Herbert tenía planeada una tetralogía cuando empezó, aunque terminó por escribir siete novelas. Y si paró fue porque murió antes de poder publicar la sexta. Aunque sus herederos se han encargado de que el universo de Dune siguiera expandiéndose tras su muerte. Que la pela es la pela.

Adaptar al cine una historia tan compleja como la que cuenta Dune ha demostrado ser muy complicado. Aunque personalmente no tengo problemas con la generalmente denostada versión de 1984 de David Lynch. Pero esa adaptación se ha demostrado imposible en alguna ocasión más, en concreto con la que lideraba Alejandro Jodorowsky.

Y me parece que Villeneuve se le ha ido también un poco de las manos: las dos horas y media que dura la película recién estrenada es la Parte 1 de su adaptación, que llega a poco más de la mitad de la novela. Por supuesto la película es espectacular en medios, claro, sólo faltaría a estas alturas. Y en el plantel de actrices y actores que dan vida a sus personajes. Pero creo que esas dos horas y media se van a hacer mucho para quien no esté ya un poco metido en el universo de Dune. Y ojo, no es que la película no vaya contando lo que pasa; de hecho diría que lo hace mejor que la de Lynch¹. Pero mi impresión es que se lo toma con demasiada calma. Y que recurre demasiado a una banda sonora a volumen brutal –o al menos en el cine en el que la vi así estaba– para que nos demos cuenta de los momentos cruciales. Por si acaso se nos pasan.

Así que todo dependerá de la taquilla que haga esta primera parte de cara a que la veamos terminar. Y tengo mis dudas. Y muchas más dudas aún de que a Villeneuve le dejen seguir adaptando el resto de las novelas del arco a lo estilo Peter Jackson con El señor de los anillos, que lo mismo es su intención.

Yo mismo, en su momento, fui incapaz de seguir más allá de la tercera novela. Y eso que sólo me costaba mi tiempo. Aún así quería que esta película me gustara. Pero incluso habiendo leído y disfrutado de la novela, creo que Denis Villeneuve se ha empachado un poco de especia.

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¹ Aunque me parece fatal que la letanía Bene Geserit contra el miedo pase casi desapercibida.

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