El 11 de abril de 2018 se produjo una tormenta solar de clase X9. Fue la más intensa jamás registrada. Dos días después, el 13 de abril, la radiación alcanzó la atmósfera terrestre inutilizando los satélites y gran parte de los sistemas eléctricos. El planeta quedó en completa oscuridad. Este evento fue conocido como… el Gran Apagón.
En agosto de 1859 una tormenta solar –la más potente que tenemos registrada– provocó daños en los telégrafos de Europa y América del Norte y causó auroras boreales que se pudieron ver incluso desde Madrid. En marzo de 1989 otra tormenta dejó sin electricidad durante nueve horas a más de siete millones de personas en Canadá. En 1994 otra dejó desconectados durante horas dos importantes satélites de telecomunicaciones.
Entre mediados de octubre y principios de noviembre de 2003 se produjeron una serie de tormentas solares, algunas de las cuales llegaron a alcanzar casi el mismo nivel que la de 1859. Se vieron afectados el sistema GPS y las comunicaciones por satélite, y muchos satélites resultaron dañados o quedaron temporalmente fuera de servicio. Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional tuvieron que permanecer dentro de las partes más protegidas del Segmento Orbital Ruso para protegerse contra el aumento de los niveles de radiación. Se aconsejó a los aviones que evitaran las altitudes elevadas cerca de las regiones polares. Como resultado de la actividad solar se produjo un apagón de una hora en Suecia. Se observaron auroras en latitudes tan al sur como Texas y algunos países mediterráneos de Europa.
Y es que cada año, con distinta intensidad y cantidad, pues dependen del ciclo de actividad solar, se producen varias tormentas solares. Y no podemos hacer mucho para prevenirlas y menos para evitarlas, aunque tenemos la suerte de que a menudo nos libramos porque el viento solar o las eyecciones de masa coronal que las pueden producir salen disparadas en una dirección distinta a nosotros. Afortunadamente los seres humanos estamos protegidos de sus efectos por la atmósfera y la magnetosfera. Otra cosa es la infraestructura tecnológica de la que tanto dependemos hoy en día.
El gran apagón es un podcast con tres temporadas que describe un mundo que se queda
Sin internet ni telefonía. Sin televisión ni luz eléctrica.
A los pocos días, la comida y el agua potable empiezan a escasear, lo que da lugar a disturbios en las grandes ciudades. Las fuerzas de seguridad siguen operando, aunque lo hacen con recursos muy escasos. En la radio, que funciona de manera intermitente, se repite un mensaje gubernamental que llama a la calma. Pero pasan los días y las calles se vuelven cada vez más peligrosas.
Algunos ciudadanos sospechan que las autoridades sabían lo que iba a ocurrir y habían decidido ocultarlo a la población. Se dice que hay pruebas de ello. Ahora un hombre va a intentar demostrarlo.
Una ficción entretenida y absorbente y más que recomendable sobre algo que igual no es tan ficción. Las tormentas solares de las que habla esta anotación son todas reales salvo la del 11 de abril de 2018 que produjo el Gran Apagón.