Por @Wicho — 30 de noviembre de 2020

Por fin he visto la serie de Amazon El hombre en el castillo, libremente basada en la novela homónima de Philip K. Dick, y disponible en Amazon Prime. Y me ha gustado mucho. Aunque ahora he de repasar la novela, que hace bastantes años que leí.

La serie parte de la misma premisa que el libro: Franklin D. Roosevelt muere asesinado por Giuseppe Zangara en 1933 –en nuestro MundoReal™ salió ileso– y esto es determinante para que las Potencias del Eje ganen la Segunda Guerra Mundial.

Así en 1962 el mundo está repartido básicamente entre Alemania y Japón, las dos grandes superpotencias. Alemania domina toda Europa y África, buena parte de Oriente Medio, la costa atlántica de Sudamérica, y los Estados Unidos desde la costa este hasta las Montañas Rocosas. Japón domina las dos costas del Pacífico, Australia incluida, y también la cosa oeste de los Estados Unidos. Separan sus zonas de influencia dos zonas neutrales.

La parte de los antiguos Estados Unidos dominada por el Tercer Reich es conocida como el Gran Reich. La parte dominada por Japón son los Estados del Pacífico.

El mundo del Hombre en el Castillo – Amazon Prime
El mundo del Hombre en el Castillo – Amazon Prime

De las dos Alemania lleva la ventaja: no sólo ha desarrollado la bomba atómica que le permitió ganar la guerra sino que además ha desarrollado aviones cohete que en cuestión de minutos unen Europa con los Estados Unidos y ha enviado ya misiones espaciales a Marte; también tiene en marcha un plan para desecar el Mediterráneo y ganar espacio de cultivo. Japón, por mucho que sus ciudadanos hayan sido declarados arios honoríficos, mira con desconfianza esta ventaja alemana.

En los dos bandos hay personas que buscan la paz y personas que buscan que su lado se imponga, con lo que las tensiones internas que esto genera se añaden a las tensiones más o menos soterradas que hay entre ambos bandos. Por supuesto en ambos hay quienes sólo buscan su propio beneficio, caiga quien caiga.

Pero en este mundo circulan de forma subrepticia unas películas que describen otros mundos distintos en los que la historia se desarrolló de otra manera. En algunas de las películas no hay grandes diferencias y el Eje sigue siendo el vencedor de la guerra; en otras las diferencias son enormes, tanto como que la Segunda Guerra Mundial la ganaron los Aliados. La Resistencia intenta hacérselas llegar al Hombre en el Castillo, una persona que parece saber lo que quieren decir y qué hacer con ellas. Pero Hitler está también interesado en ellas e intenta hacerse con todas las que puede con ayuda de las autoridades japonesas. Cualquier a quien pillen con una de ellas se juega como poco la cárcel.

En esta tesitura Julianna Crain entra en contacto con estas películas cuando su hermanastra le entrega una justo antes de ser asesinada por la policía militar japonesa –la kenpeitai– en San Francisco. Deberá decidir qué hacer con ella –si hacer caso a su hermana y llevarla a Canon City– o si entregarla a las autoridades. Y, como dice el tráiler, cada decisión puede alterar tu destino.

Nueva York en el Gran Reich – Amazon Prime
Nueva York en el Gran Reich – Amazon Prime

La serie trata de cosas como realidades paralelas –uno de los temas favoritos de Dick– y de cómo la capacidad que tenemos cada uno de nosotros en creer en lo que queremos puede afectar a nuestro destino y al destino del mundo. Pero también trata de cómo las decisiones individuales de cada persona le hacen ser quien es.

Los personajes no son en blanco y negro sino que toman una serie de decisiones que los colocan en el gris del mundo real; decisiones que una vez tras otra costarán vidas en aras de un supuesto bien mayor. Los supuestos malos tampoco son negros como el Vantablack y tienen matices; puedes llegar a entender los motivos por los que hacen las cosas. Y te planteas si, llegado el caso, actuarías de la misma manera para proteger a los tuyos –a tu familia más cercana– o a tu forma de vida y tu sociedad. Como siempre la buena ciencia ficción nos lleva a reflexionar sobre lo que supone ser humano.

La serie está además muy bien ambientada e incluye entre sus personajes a personajes reales, lo que le da más verosimilitud dentro de lo que cabe. Lo mismo sucede con los desarrollos tecnológicos, algunos sacados de prototipos o diseños que en nuestra realidad nunca llegaron a fructificar pero que podían haber sido.

Son cuatro temporadas –Amazon decidió cancelarla pero darle un final digno– que se dejan ver muy bien y dejan muy buen sabor de boca.

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