Viaje Alucinante (1966), de Richard Fleischer / X-Ray Delta One
Estaba revisando las relaciones con el séptimo arte de Isaac Asimov, el popular divulgador científico y autor de ciencia ficción, cuando me encontré con un par de curiosidades interesantes.
El caso es que la adaptación de novelas de Asimov al cine no ha sido tan sido prolija como su producción literaria (más de 30 novelas): quizá la mejor sea El hombre bicentenario (1999), a la que habría que unir la peculiar pseudoadaptación de Yo, Robot (2004). El resto son versiones poco conocidas, cortometrajes, películas-para-televisión y episodios sueltos, probablemente de más bien baja calidad.
Las dos curiosidades a las que me refería tiene que ver, la primera, con Viaje Alucinante (1966), una de las mejores películas del género de todos los tiempos en la que Asimov tuvo que encargarse de un trabajo muy especial: crear la novela a partir del guión (!) Nada demasiado complicado para él, cabe suponer.
Su otra aparición es más conocida: con motivo de la vuelta de Star Trek en 1979, esta vez a la pantalla grande, la productora buscó reunir a lo mejor de lo mejor en todos los ámbitos del film. Así que tuvo a bien contratar a una de las estrellas científicas de la época como asesor. Su título oficial, según los títulos de crédito: Special Space Consultant («Consultor espacial especial»). Ni idea de si aquello le supuso mucho o poco trabajo: más bien se diría que lo segundo. Pero ahí queda.