Cuando empieza Las luminosas (Apple TV+) conocemos a Kirby Mazrachi, que trabaja en el archivo del Chicago Sun-Times. Seis años atrás, Kirby fue atacada y dejada por muerta por alguien que nunca fue detenido. Desde entonces, aparte del trauma evidente del ataque, a Kirby le suceden cosas extrañas y se producen cambios en su vida de forma aleatoria. Cambios del tipo de que se va a comer y a la vuelta su mesa de trabajo es otra. O que llega a casa y su gato resulta que es un perro. O que resulta que vive en un apartamento distinto al que recordaba. O que está casada cuando antes no lo estaba. Nada en su vida parece constante salvo su conciencia; incluso la apariencia física de Kirby puede cambiar de un momento a otro.
El problema es que sólo ella se da cuenta de estos cambios. Y los va apuntando en una libreta. Un poco como forma de asegurarse de lo que pasa; un poco como una especie de tabla de salvación para intentar convencerse de que no está loca.
Pero un día se produce un asesinato en el que la víctima presenta las mismas heridas que ella. Con la ayuda de Dan Velazquez, un periodista que trabaja en el mismo diario que ella, Kirby empieza a investigar el caso. Y es cuando se da cuenta de que pueden estar detrás de la pista de un asesino en serie. Aunque también, según se va a acercando a él, descubre cosas que no tienen sentido. También comprueba que los cambios que sufre su vida son cada vez más drásticos. Aunque cómo explicárselos a Dan –o a cualquier– y que la crean ya es harina de otro costal.
Kirby tumbada sobre la cama con algunos objetos en la mesita de noche; ni la cama ni esos objetos eran suyos un rato antes
Sin meterme en terreno de «espoileres», la serie tarda un poco en arrancar, y quizás le sobre algún capítulo. Aunque desde el principio te tiene bastante a cuadros, en especial si no has leído nada acerca de la novela en la que está basada, lo que no recomiendo en absoluto. Y ojo, que la descripción del libro en Amazon lo destripa del todo. Afortunadamente según avanza la investigación de Kirby y Dan la cosa va cogiendo velocidad y cada vez tienes más necesidad de descubrir si estás acertando. Y te preguntas si los protagonistas se han dado un golpe en la cabeza o qué. Aunque no queda claro si has acertado o no hasta el capítulo seis de los ocho de los que consta la serie. Y Kirby y Dan aún tardan un poco más en pillarlo.
Al final todo queda razonablemente cerrado, aunque quizás no se pueda hablar de un final feliz. Hasta donde sé no hay una segunda temporada que quiera estirar la serie. Y casi mejor.
Dejando aparte la trama en sí de la serie y el por qué de las cosas que pasan, es también una exploración de las consecuencias que un acto de violencia aleatorio puede tener sobre una persona y quienes la rodean. Aunque en este caso, y de nuevo sin «espoileres», hay un extra que lo complica todo.
Mi mayor problema: se termina la serie y no sabes de dónde viene el título. Quizás habrá que leer la novela, por si acaso. Aunque creo que en realidad ha sido una decisión consciente de Lauren Beukes, autora de la novela original y quien también se encargó de la adaptación. Lo que no quita lo de leer la novela para poder decir aquello de «pues a mí me gustó más el libro». O no.
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