Me encantó la idea de los meta-niveles en Breaking the 4th Wall Movie Supercut. Es un genial montaje de Leigh Singer en alta calidad, con escenas de más de 50 películas bien conocidas en las que los personajes hacen algo que no suelen hacer: demostrar ser conscientes de estar dentro de una película.
Este efecto se conoce como «romper la cuarta pared», haciendo referencia a la pared de cristal imaginaria que hay delante del espectador y que sería la cuarta si se enumeran las otras tres que suelen componer las habitaciones de los escenarios. Visto de otra forma: si los personajes están desarrollando su papel en cierto nivel, al demostrar se conscientes de dónde están realmente… pasan a una especie de «nivel superior». Hay conceptos similares en el metateatro y también en televisión, videojuegos, cómics y hasta juegos de rol.
Como se ve en el montaje, a veces basta con una mirada para dar ese salto de nivel – aunque en ocasiones la interpretación de esa mirada podría ser más que discutible (¿Christopher Reeve en el final de Superman? Naaah; ¿John Belushi en Desmadre a la americana? ¡Sí!) Personalmente me quedo con las más explícitas y geniales: Woody Allen en Annie Hall sacando a McLuhan de la chistera y escenas más divertidas como las de El club de la lucha, Los caballeros de la mesa cuadrada o Jay y Bob el silencioso contraatacan.
El efecto cuando se rompe la cuarta pared resulta también un poco inquietante, por qué no decirlo: en general busca el gag rápido y resultón, o el toque de humor inteligente –lográndolo con creces– pero en otros contextos es más difícil de explicar; incluso a veces parece que sea contraproducente continuar con el personaje en el mismo nivel interpretando su papel cuando ha demostrado saber que «hay algo más ahí fuera». Definitivamente curioso.
(Vía Kottke.)