Por @Alvy — 21 de abril de 2016
John Wikstrom dirige este cortometraje acerca de una historia con la que se encontró en un comentario en YouTube. Lo firmaba alguien llamado 00WarTherapy00:
La historia que cuenta es la de un joven que recordaba en su niñez haber jugado con una vieja Xbox que le compró su padre cuando tenía 4 años. Un par de años después el padre murió. Y el protagonista de la historia no pudo tocar la consola de nuevo hasta diez años después.
Cuando lo hizo volvió a probar aquellos viejos juegos. Y en uno de ellos se encontró un fantasma. Literalmente. Era de esos juegos en los que el coche que tiene el mejor tiempo del circuito aparece como una imagen fantasma durante la carrera. Era el que su había conducido su padre, que había marcado el récord y ahora corría junto a él, como en los viejos tiempos.
Tras practicar un poco y acumular varios intentos consiguió superarle en una de las carreras… Y llegó primero a la recta de meta. Pero entonces frenó en seco para que su padre le adelantara. Porque se dió cuenta de que si marcaba un nuevo récord el coche fantasma desaparecería para siempre.
La historia es genial –ya sea real, un viral o una invención literaria para añadir emoción– y demuestra que se pueden escribir grandes cuentos en nueve frases (¡incluso en YouTube; hay esperanza en la humanidad después de todo), o dirigir bellos cortometrajes en tan solo 100 segundos.