Rick y Morty (Justin Roinland y Dan Harmon, 2013). En España se emite en TNT.
Rick Sánchez es el clásico científico loco superdotado que a la vez es un abuelillo alcoholizado: inventa geniales gadgets de todo punto prodigiosos, pero no puede dejar de babear y tirarse eructos. Ha vuelto tras muchos años de haberse ido a por tabaco y ha montado su cueva-laboratorio en casa de su hija y su yerno: una «familia feliz americana» perfectamente disfuncional, donde todos son unos fracasados, incluyendo una hija adolescente y Morty, el Benjamín de la familia.
Con Morty como pequeño ayudante y compañero de aventuras tontorrón la pareja vivirá todo tipo de aventuras visitando planetas, universos alternativos y otras dimensiones, gracias a su pistola de portales que abre agujeros en el espaciotiempo. Eso cuando los problemas no están en el barrio y hay que salvar el mundo de perros inteligentes que quieren dominar el planeta, de una epidemia de «atracción sexual incontenible» o del mismísimo Diablo.
Aunque dicen sus creadores que Rick y Morty se inspiran en Doc Brown y Marty McFly de Regreso al futuro lo cierto es que no hay tantas menciones a la mítica pareja en la serie (y de hecho Morty es mucho más gañán que Marty). Si hay, en cambio, decenas de guiños en cada episodio a otras series, novelas y películas; desde Origen a Los cazafantasmas o a Flash Gordon. Y lo mismo aparecen gatos de Schrödingger en realidades alternativas que parodias en anuncios de la TV o le dan una paliza al auténtico Einstein.
Algo a tener en cuenta es que el humor de Rick y Morty es tan basto que la serie es obviamente para adultos; el abuelo es un «científico cien por cien» como le gusta autodenominarse y el hecho de ser superdotado (y abuelito) le hace despreciar a todos los demás seres; de hecho los manipula, mata o sacrifica sin contemplaciones –a veces al estilo gore, pero con gracia– cuando le resulta necesario; por suerte siempre pueden atravesar otro portal y todo el mundo revive y es feliz de nuevo. El lenguaje de todos los protagonistas es expelitivo y florido, con tantas palobrotas por minuto como es posible insertar en los 20 minutos que dura cada episodio.
De Rick y Morty hay ahora mismo dos temporadas de 10-11 episodios; su éxito ha sido tal que ya se ha encargado una tercera que llegará a final de año. Con episodios cortos, ágiles e inmensamente divertidos tanto por los guiños científicos, ciencia-ficcioneros como las auténticas burradas en las que acaban metiéndose los personajes, sin duda merece un hueco entre las series de humor y animación más dignas de ver en la actualidad.