Mark Scout trabaja para la megacorporación tecnológica Lumon Industries. En concreto lo hace en el departamento de Refinamiento de macrodatos (MDR). Es un departamento que está situado en una planta especial de las instalaciones de la empresa. En concreto aquella en la que trabajan las personas que han aceptado someterse al proceso de separación que da título a la serie, que está disponible en Apple TV+.
Las personas que se han sometido a él no pueden recordar nada de su vida fuera de las instalaciones de Lumon cuando bajan a la planta en la que trabajan. Ni nada de su trabajo en Lumon cuando salen de allí. Son, a todos los efectos, dos personas que viven en el mismo cuerpo. Y es imposible, o eso se supone, que se lleven el trabajo a casa y viceversa.
Para las personas que son fuera del trabajo hay un hueco de ocho horas en su vida que se corresponden con la jornada laboral. Y para Mark son ocho horas terapéuticas porque le ayudan a eliminar un doloroso recuerdo durante dos tercios de su día. Por eso aceptó la separación. Para sus versiones internas, las que están al mando mientras están en Lumon, su vida se reduce al rato en el que son conscientes entre que bajan en el ascensor y vuelven a subir en él. Sus vidas son una sucesión continua de jornadas laborales en las que no son conscientes de dedicarse a otra cosa; no tienen hobbies, ni familias, y ni tan siquiera duermen.
Mark está más o menos satisfecho con su vida y con las horas de paz que le suponen la separación. Le da igual las estrictas normas y código de conducta que tienen que seguir –pronto queda claro que Lumon es poco menos que una secta–; le da igual el sistema de recompensas ridículas que les ofrecen según van cubriendo cuotas en su trabajo asignado; le da igual no saber, en realidad, qué hacen con su trabajo. Hasta que su amigo Petey se va del departamento y es sustituido por Helly R.
El estomagante señor Milchick hace una foto del equipo de Refinamiento de macrodatos tras la incorporación de Helly R. – Apple TV+
A partir de ahí, sin querer meterme en spoilers las cosas empiezan a liarse y el perfecto mundo separado de Mark –o su perfecto mundo separado y su doloroso mundo fuera de la separación– empiezan a colisionar con unas consecuencias… que no conoceremos hasta la segunda temporada. Al menos.
Reconozco que me costó un poco engancharme con la serie porque al principio las cosas parece como que no avanzan. Aunque lo cierto es que la historia va dejando una serie de miguitas que llevan al clímax de la temporada y que al llegar a él te hacen darte cuenta de cómo te han ido llevando ahí casi sin que te enterasas. Porque en realidad es una serie muy currada tanto desde el punto de vista del guión como de todos esos detalles visuales que van dejando y que van haciendo clic poco a poco en tu cabeza.
Tanto que, una vez terminada, son como para volver a verla a la caza de las cosas mencionadas en el vídeo 81 Hidden Clues & Details You Missed In Severance Season 1.
Una ventaja de estar separado sería que me parecería que la temporada dos, ya a aprobada, tardará menos en llegar.