Por Nacho Palou — 9 de marzo de 2007
En el episodio de Cazadores de Mitos que emitieron ayer en Discovery Channel (Episode 59 -- "Crimes and Myth-Demeanors 2") el equipo de cazadores intentó romper medidas de seguridad electrónicas de varias formas. Algunas funcionaron y otras no, pero fue un episodio ciertamente divertido:
- Cerraduras de escáneres de huella dactilar de un ordenador (como la que llevan algunos modelos de IBM/Lenovo ThinkPad para iniciar la sesión de Windows) y de una cerradura de puerta por huella y código numérico que según el fabricante era "inviolable" . Se saltaron ambos sitemas de protección de tres maneras tras conseguir la huella dactilar de Grant, la única persona autorizada a abrir ambas cerraduras (la del ordenador y la de la puerta).
Pudieron abrir / autorizar el acceso de ambos utilizando un molde de la huella hecho en látex y en gel balístico. Pero también funcionó una simple fotocopia en papel blanco colocada sobre el escáner de la puerta. Vídeo [MythBusters - Hacking a fingerprint scanner, YouTube, 9:54 min., en inglés]
- Sensor térmico o detector de calor que hacía saltar la alarma cuando entraba una persona en la habitación: la mayor temperatura corporal de ésta respecto a los objetos inertes de la habitación era rápidamente detectado por el sensor. Pero pudieron evitarlo de dos maneras: visitiendo un traje ignífugo de los que utilizan los bomberos y, aún más divertido, colocándose detrás de un cristal --o simplemente colocando un cristal delante del detector. El crital bloquea el paso del infrarrojo y por tanto las ondas de calor. Por cierto que no funcionó el método de cubrirse de barro como hacía Schwarzenegger en la película Predator, aunque probablemente la temperatura del cuerpo y la del barro en el estudio eran mayores que las temperaturas en la película donde ambos están recién mojados por el río.
- Sensor de movimiento por ultrasonidos: un sensor por ultrasonidos emite una alta frecuencia que recorre la habitación y rebota en las paredes y obstáculos que hay en ella. El sensor conoce el tiempo que tarda en volver la onda rebotada, de modo que si algo se interpone en su camino la señal de vuelta llegará antes al receptor y el sensor reconocerá que hay un intruso --y hará saltar la alarma. Consiguieron burlarlo de un modo tan tonto como utilizar una sábana. El intruso la llevaba desplegada de modo que cubría todo su cuerpo. La sábana absorbía la señal o una buena parte de ella y evitaba que el sujeto tras ella fuera detectado. También consiguieron engañar al sensor moviéndose muy despacio por la habitación --del orden de necesitar 20 minutos para recorrer apenas cuatro o cinco metros. En ambos casos hay que reconocer que dice muy poco a favor del fabricante del detector.