Por @Wicho — 5 de diciembre de 2009

Solaris or Tarkovsky

3 estrellas: Para ver si te gusta la novela Solaris. Dirigida por Andrei Tarkovsky (1972). Con Natalya Bondarchuk, Donatas Banionis, Jüri Järvet, Vladislav Dvorzhetsky, Nikolai Grinko y Anatoly Solonitsyn.

Años después del descubrimiento del planeta bautizado Solaris su estudio, la solarística, parece no haber avanzado apenas nada, y de hecho la estación espacial que está en órbita alrededor de él, construida para 85 ocupantes, solo está habitada ya por tres.

El psicólogo Kris Kelvin es enviado a Solaris con la misión de tomar una decisión acerca de si abandonar de una vez el planeta, al que algunas teorías consideran una especie de enorme cerebro viviente, o de si merece la pena seguir insistiendo.

Cuando llega a la estación espacial descubre que un reciente experimento de Gibarian, Sartorius y Snaut ha conseguido por fin abrir una vía de comunicación con Solaris, sea este lo que sea, pero que esa comunicación no está teniendo lugar en la forma que los científicos esperaban, y pronto será él mismo el que tenga que enfrentarse con esos esfuerzos del planeta por comunicarse con él, lo que no le será nada fácil de llevar.

Esta película es una adaptación de la novela homónima de Stanislaw Lem, una de las mejores novelas de ciencia ficción de todos los tiempos en mi opinión, en la que Lem, como en otras de sus obras, especialmente en Fiasco, aborda el tema de si seríamos capaces de comunicarnos con una especie alienígena, no por los problemas del lenguaje en sí, sino de los esquemas mentales de ambas especies y de lo que esperaríamos en caso de producirse esa comunicación al filtrar la experiencia a través de nuestra condición humana.

En la película, de todos modos, se le da más importancia a las relaciones entre los ocupantes de la estación espacial y sus reacciones que al tema de poder establecer comunicación o no con Solaris, lo que hizo que Lem, quien trabajó con Tarovsky en la adaptación, llegara a decir que nunca había llegado a gustarle la película por las divergencias que hay con su obra.

La puesta en escena es, como poco, curiosa, con una ambientación un tanto chocante en la estación espacial, en la que junto a los ambientes y objetos propios que uno esperaría en un lugar como ese hay objetos que habría cualquier casa en la Tierra como una vajilla, cristalería y cubertería, cuadros, o una biblioteca perfectamente equipada, aunque por lo visto esto es parte del intento de Tarkovsky de crear una película que trascendiera el género de la ciencia ficción.

Con una duración de casi tres horas, la película incluye además largas y lentas escenas en las que apenas pasa nada, y al tener además que que verla en ruso subtitulada al español, diría que es fundamental que hayas leído la novela y que esta te haya gustado para poder enfrentarte al desafío de verla.

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