Por @Alvy — 13 de noviembre de 2017

Star Trek: Discovery

Star Trek: Discovery (2017, en Netflix) es la sexta serie de la saga creada por Gene Roddenberry que llega a las pantallas – si no contamos la serie de animación. Ahora mismo está en el parón de inverno, con 9 episodios emitidos de los 15 previstos para la primera temporada y he de decir que cumple con dignidad con todas las expectativas. Incluso diría que llega un poco más allá.

Intentando no caer en ningún fastidioso spoiler baste decir que se ambienta en la época anterior de la Serie original de Kirk, Spock y compañía, a mediados del siglo XXIII. Esto es muy posterior a Enterprise pero a la vez anterior a La nueva generación, Espacio Profundo 9 y Voyager. Lo único que chirría –y dudo que tenga buen arreglo– es el aspecto tecnológico y visual entre ambas. La nueva nave Discovery es capaz de hacer auténticas maravillas (armas, ordenadores y hologramas incluidos) frente al Enterprise NCC-1701 de la serie original, en la que debido a su antigüedad y el presupuesto veíamos que hasta los inventarios se llevaban con lápiz y papel.

Pero temas estéticos aparte, que están muy bien cuidados y resueltos salvo los efectos lens flare de los primeros episodios –ante los que palidecen incluso los cegadores focos del Star Trek 2009 de J.J. Abrams– lo importante es que hay mucha historia y hay muy buenos personajes.

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La historia tiene diversos arcos, especialmente el de la guerra contra los Klingons que ya se dejó adivinar en los tráilers. La raza guerra estéticamente muy renovada es apropiada para la ocasión y permite tanto tener que reescribir la historia de la federación como rellenar de forma muy ingeniosa los huecos de muchos queridos personajes; y es que no son pocos los «conocidos» que aparecen en los diferentes episodios.

Por otro lado, Star Trek: Discovery es bastante oscura, casi diría que incluso más de lo que era Espacio Profundo 9 o alguna de las otras, que hay quien considera casi infantiles. Aquí todo personaje tiene un pasado, innumerables muertos en el armario y las relaciones entre ellos son… tensas no, lo siguiente.

Quien espere encontrarse con un tranquilo paseo por la galaxia descubriendo simpáticos planetas con unicornios rosas respetando la Primera Directriz se llevará un chasco; todo es bastante salvaje, cruel e indómito. Y cuánto más se sube en el escalafón de la flota, más oscuridad parece haber.

Con episodios de 45 minutos pero muchos de ellos entrelazados por esos arcos de personajes e historias lo mejor con Discovery es verla de seguido. Pero la regla es clara: en Discovery nada es lo que parece y los giros que va dando son tan salvajes como las volteretas que pega la nave en sus viajes de una punta a otra de la galaxia.

El detalle: se puede ver la serie en Netflix con los subtítulos en Klingon. Frikismo profundo trekkie.

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