Surrogates (Los substitutos, 2009). Dirigida por Jonathan Mostow. Bruce Willis, Rhada Mitchell, James Cromwell..
Entretenida película para pasar la tarde, que muestra un mundo en el que los androides controlados a distancia han reemplazado a las personas en la vida real. Prácticamente cada habitante del planeta tiene uno de estos «maniquís andantes» que se controlan mentalmente: los accidentes no tienen importancia, los crímenes desaparecen y todo el mundo es jóven, guapo y delgado, como salido de un anuncio de cosméticos. Si cualquier cosa falla, basta cambiar de androide. Pero de repente algo sucede y el FBI debe intervenir en una serie de acontecimientos que pronto escalan en una extraña espiral de acontecimientos en los que están involucrados tanto la empresa que fabrica los sustitutos como grupos de humanos que reniegan de los androides y viven una vida más cercana a la naturaleza.
La verdad es que el tema daba para más, pero se queda en un thriller de persecuciones sin escarbar un poco en lo que supone para la sociedad esa doble vida como máquinas y humanos. Con un look muy peculiar, como de mundo de Barbies, personajes ultramaquillados y colores saturados, la ambientación resulta realmente envolvente. Eso ayuda en cierto modo a sobrellevar la pobre actuación de los personajes, que en la modalidad Bruce Willis «siempre mantengo la misma expresión facial» esta vez tiene un excusa: por dentro son todos robots. (Aunque, la verdad, sigue con la misma aun cuando no hace de robot).