A finales del siglo XXI la humanidad ha descubierto la forma de viajar más rápido que la luz y hay una nueva tierra que colonizar.
Pero no todo el mundo puede permitirse dar el salto, así que florece un negocio ilegal de tráfico de personas que la IPMA, la Administración de Migración Inter-Planetaria, intenta controlar, con métodos a veces excesivamente violentos.
Jacob Reiss es un sargento de la IPMA que, a punto de retirarse y conseguir su plaza para dar el salto, se topa de nuevo con su pasado de una forma totalmente inesperada.
Merece la pena dedicarle la media hora que dura a The Leap, aunque no es apto para el horario infantil, y no sólo por la escena NSFW que contiene.
Y aunque sea ciencia ficción, es muy relevante para el momento en el que estamos viviendo.
Está en inglés, pero está rodado de tal forma que te puedes enterar perfectamente de qué va aunque no entiendas los diálogos.