Dentro de poco más de cien días se producirá en España el último paso del apagón analógico, tras el cual cesarán las transmisiones de televisión «de toda la vida», que a partir de entonces solo podrá ser vista a través de la televisión digital terrestre, aunque en algunas zonas de España esta transición ya se ha ido produciendo con más o menos fortuna.
Pero, según el informe de noviembre [PDF 941 KB] del Observatorio Impulsa TDT, un 25% de los hogares españoles todavía no están equipados para recibir estas emisiones, así que personalmente aún tengo dudas de que para el próximo 3 de abril todos vayan a estar listos, aunque también es cierto que, dado que muchos hogares reciben señal televisión por cable, es más que probable que en ellos no se realice la adaptación.
De todos modos, dentro de ese mismo informe hay unas cifras que personalmente me parecen mucho más preocupantes, que son las que dicen que en los últimos doce meses, de noviembre del 2008 a octubre del 2009, de los 9,8 millones de equipos receptores de TDT que se han vendido en España solo 5.500 --esto es, apenas un 0,06%-- soportan el estándar MHP, de Multimedia Home Platform, que da características interactivas a la TDT, aunque también es cierto que apenas ningún canal o servicio lo utilizan todavía.
Imágenes en alta definición
No hay datos en el informe acerca de cuántos de los equipos vendidos soportarían la recepción de imágenes en alta definición vía TDT, que dan una calidad de imagen similar a la del Blu-ray, aunque de nuevo también es cierto que apenas hay canales españoles que hayan hecho algo más que algunas pruebas de emisión en HD, pero sospecho que el porcentaje tampoco será muy elevado.
Y es cierto que cualquier decodificador que soporte MHP y alta definición resulta más caro que los más básicos, que son los que se están vendiendo por millones, pero cuando los televidentes descubran que van a tener que comprar nuevos equipos --otra vez-- para aprovechar las características más avanzadas de la TDT es más que probable que se sientan engañados y se lo piensen dos veces, frenando la implantación de estas nuevas tecnologías.
{ Publicado originalmente en La Voz de Galicia, donde colaboramos habitualmente }