Tim Klein se dedica a crear composiciones artísticas con puzles aprovechando una de sus características más obvias pero infrautilizadas: los fabricantes los recortan utilizando los mismos moldes. Este hecho hace que de un puzle a otro de la misma colección las piezas sean perfectamente intercambiables, con un encaje normalmente milimétrico.
La demostración puede verse en Puzzle Montage Art, donde combina dos o más puzles para crear imágenes artísticas cuando menos interesantes: locomotoras con piernas de caballo, casas que parecen tiovivos o como en la imagen escenas bucólicas donde se puede ver el paso de las estaciones.
Lo mejor es que luego los vende por un dineral (los hay de 65 a 650 dólares, pero muchos tienen un precio de 400). Lo cual teniendo en cuenta que quizá se pueden comprar por 20 o 25 dólares no parece mal negocio.
(Vía Boing Boing.)