Este vídeo no es nuevo, pero está circulando por ahí como ejemplo de «memoria fotográfica», algo que no es del todo exacto. Analizar lo que sucede en los 42 segundos que tarda este campeón (Marcin Kowalczyk) en resolver el cubo a ciegas puede ser interesante.
Lo primero aclarar que hay un reglamente oficial de competición sobre cómo resolver el cubo «a ciegas».
En primer lugar, lo que se ve:
- 00,00 - El cubo está tapado por un papel.
- 00,00 - Al quitarlo arranca el tiempo. Se puede mirar el cubo.
- 16,00 - Kowalczyk se pone el antifaz y comienza a resolverlo.
- 18,00 - El juez usa un papel para garantizar que no se vea nada.
- 42,02 - Resuelto: se deja en la mesa y se pulsa el cronómetro.
El récord de Kowalczyk, campeón mundial de la especialidad, está a día de hoy en 21,17 segundos.
Ahora, lo que no se ve:
Resolver el cubo a ciegas no requiere memorizar la posición de los 9×6 = 54 cuadraditos que componen cada cara; no existe aquí ese concepto de «memoria fotográfica». Esto se debe a que «piezas, piezas» solo hay 8 esquinas, 12 aristas y 6 centros. De hecho las piezas centrales de cada cara no se pueden intercambiar, y además físicamente las esquinas (tres colores) nunca pueden intercambiarse por aristas (dos colores). Toquetea un cubo para entender por qué.
Por estas razones, ignorando los centros que pueden considerarse casi irrelevantes, tan solo hay que memorizar la posición de esas 8 esquinas y 12 aristas. Se pueden usar mnemónicos como números, letras o sílabas; por ejemplo 1762348 para indicar las posiciones de las esquinas 1-7-6-2 en la cara de arriba y 2-3-4-8 en la de abajo, según el método personal que cada uno haya elegido previamente. Lo mismo para las aristas.
Respecto a las orientaciones que puede tener cada pieza, las esquinas puede tener tres y las aristas dos. Se pueden memorizar, por ejemplo, usando 0 +1 o +2 (0 = está bien, 1 = necesita un giro en el sentido de las agujas del reloj, 2 = necesita dos). Y las aristas como 0 y 1 (0 = está bien, 1 = hay que invertirla). En el vídeo parece usarse el método 3OP para resolver cubos a ciegas que es bastante popular entre speedcubers.
El resultado es bastante abarcable en cuanto a que se pueden memorizar esos datos incluso en 15 segundos con bastante práctica: dos cadenas de 8 y 12 números o letras y otros 8 y 12 para las orientaciones – estando familiarizado con el cubo, sus colores y las piezas que existen – lo cual depende de algo tan absurdo como los colores de las pegatinas. Curiosamente esto además admite cierta simplificación porque no todas las posiciones son posibles. El caso es que es algo posible con cierta agilidad mental.
A partir de ahí, al speedcuber ya no le hace falta ni mirar para resolver: con los ojos cerrados hay que recordar todos los movimientos que, según el método que la persona utilice, coloquen y orienten las esquinas y aristas, por grupos. Por ejemplo usando el método Fridrich, considerado el más rápido, se trataría de resolver una cruz en una cara, luego las dos capas opuestas, orientando la última. Esto requiere menos de 56 giros del cubo, aunque hay que memorizar unas 50 o 60 «fórmulas» para cada caso – pero nuevamente es algo abarcable y posible, como demuestran los grandes campeones. Visto así simplemente se trata de ir tranquilamente paso a paso. Incluso si no pudieras imaginar una posición bastaría rehacer los movimientos mentalmente para entender cómo se habría quedado en cada fase.
Los grandes campeones pueden resolver el cubo en menos de 10 segundos; es normal que se pueda resolver a ciegas en 10, 20 o 30, quizá con algunos movimientos más porque se elijan unas fórmulas no-tan-óptimas en pro de facilitar la memorización o de no tener que realizar fórmulas complicadas. A veces, según cuentan los expertos, ni siquiera se memoriza el estado inicial del cubo como tal sino algo del estilo: tengo que hacer A, B, C y luego tres veces D y dos E para resolverlo.
Ni que decir tiene que existen variantes de esta prueba en la que en vez del cubo de 3×3×3 se utilizan los cubos de 4×4×4 o 5×5×5 que son bastante más complicados. El vídeo de Kowalczyk es un excelente ejemplo de cómo resolver el cubo a ciegas y además con rapidez y estilo, que hoy en día todo cuenta.