El verdadero mérito de esta bestia parda llamada Pentaminx es su intrincado diseño: apenas nadie es capaz de adivinar cómo funciona el mecanismo del cubo de Rubik tradicional (3×3×3), así que el de este dodecaedro construido con 975 piezas móviles es una auténtica proeza, una hazaña sin igual, obra de un genio.
Tiene 9 piezas por lado, 101 por cara y 1.200 «cuadraditos» de colores en total. El diseño requirió dos meses de trabajo y horas y horas de pulido y ensamblaje. Véase «funcionando» en un vídeo.
(Nacho me lo pasó de Uberreview; hay más fotos y vídeos en Make y en los foros de TwistyPuzzles.)