Por @Alvy — 15 de octubre de 2019

He de decir como entendidillo del tema del speedcubing que esta demostración impresiona. Hasta ahora habíamos visto robots –o más bien, mecanismos variopintos– capaces de resolver el cubo en segundos, e incluso en unas décimas de segundo. O cubos que se resolvían solos (mediante mecanismos internos complicados) y cosas así. Pero un robot que diestramente resuelve el cubo con una sola mano está fuera de lo que me esperaba.

Mucha gente puede resolver el Cubo de Rubik con una mano. Yo mismo puedo hacerlo si me pongo, pero no es una de mis modalidades favoritas. Si sabes resolver el cubo simplemente tienes que ir siguiendo los algoritmos metódicamente, girando el cubo según necesites. Y se pueden minimizar los giros y movimientos para que se adapten a los movimientos de los dedos. Pero lo de este brazo robótico que resuelve el cubo de Rubik es harina de otro costal.

El mérito de los investigadores de OpenAI además es doble: no sólo enseñaron a la mano a manipular el cubo por sí misma (mediante métodos de inteligencia artificial tales como el refuerzo en redes neuronales en entornos simulados) sino que además enseñaron el camino para resolverlo sin recurrir a los algoritmos tradicionales que aprenden los speedcubers humanos. Utilizaron otra red neuronal, movimientos aleatorios (el llamado Automatic Domain Randomization, ADR) y entrenamiento por refuerzo (usando el algoritmo de Kociemba como objetivo).

Perturbaciones

Cuando todo estuvo listo y simulado millones de veces teniendo en cuenta la física del cubo, la fricción y los sensores que la mano robótica tiene en los dedos, se puso en acción. Llevan así desde mayo de 2017, cubo tras cubo. La forma de entrenamiento es tan peculiar que el sistema funciona aunque se perturben los sensores añadiendo un guante a la mano, con un suave golpe (lo que llaman «la prueba de la jirafa de peluche» – ¡literalmente!) o poniéndole un trapo encima. Si se cae el cubo al suelo se puede recolocar y el robot retoma la solución. Eso sí: en ningún sitio se indica el tiempo que tarda en resolver el cubo, que debe ser de algo más de un minuto por la pinta que tienen los vídeos.

Curiosamente debido a todas estas limitaciones el brazo robótico sólo resuelve el cubo el 60 por ciento de las veces (cubo desordenado al azar), o un 20 por ciento si el cubo está sumamente desordenado «adrede». En cualquier caso algo que ni siquiera lograría un humano sin experiencia. Esto me recordó un poco al chiste del señor que llega y ve a un perro jugando con un Gran Maestro de ajedrez. Asombrado exclama: «¡Madre mía! ¡Un perro tan inteligente que ha aprendido a jugar al ajedrez!» A lo que el Gran Maestro responde: «Sí, pero no se crea que es tan listo: sólo me gana dos de cada cinco partidas».

En definitiva: enseñar cómo resolver el cubo es todo un hito; pero enseñar la manipulación física del cubo es otra muy distinta que también está ya al alcance de las máquinas. ¡Vivimos en el futuro! Seguro que Ernő Rubik estará viendo todo esto completamente asombrado.

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