Con el ya de por sí chirriante nombre de Flatcat («gato plano») un equipo de dos ingenieros del autodenominado Jetpack Cognition Lab de Berlín (Alemania) está intentando poner a la venta esta especie de mascota robótica difícil de calificar.
Por un lado lleva por dentro un mecanismo robótico, aunque no hace gran cosa excepto reptar por ahí y reaccionar si lo tocas; por otro lado es suave, peludo y agradable. Como reacciona al tacto, enrollándose, desenrrollándose o moviéndose según lo acaricies, puede evocar diversas sensaciones. Lo cual para algunas personas puede resultar incluso un poco repelente, todo sea dicho.
Muchos robots existirán en el futuro creciendo y produciendo comida ecológica y sostenible conviviendo en armonía con la naturaleza. Estarán con nosotros todos los días, hasta que nos hagamos viejos. Limpiarán nuestros hogares y parques, nos harán compañía y nos harán reír. Y a veces jugarán con nosotros.
Algunos gritarán «¡por el amor de Dios, aleja ese bicho de mí!» y otros pensarán que el Flatcat es achuchable. A mí me gusta en especial en este otro vídeo en el que han usado una musiquilla que recuerda a la de los Jawas del desierto Tatooine en Star Wars.
De la explicación que hacen queda claro que es un juguete-mascota que no pretende reemplazar a las mascotas actuales, ni servir para nada terapéutico sino más bien para otras cosas más banales, como entretenerse, explorar el futuro tecnológico y ese tipo de cosas. De momento ahí están, buscando financiación en Kickstarter para ver si hay interés y sacan unas perrillas para fabricar unos cuantos.