Aprovechando que estamos en época de Halloween e historias de terror, nuestro admirado Mark Frauenfelder nos deja en Wired un historia de miedo digital del bueno: Olvidé mi PIN: una historia épica sobre la pérdida de 30.000 dólares en bitcoin. Y es que aunque seas un veterano en esto de la tecnología, tengas los mejores medios y las ideas bien claras Murphy siempre está presente y lo que pueda salir mal, saldrá mal.
En el caso de Frauenfelder –y no haré spoiler– la historia va de cómo a principios de 2016 compró 3.000 dólares en bitcoin y los guardó en un Trezor, un dispositivo USB que actúa como «cartera digital». Los bitcoins se protegen mediante una 24 palabras aleatorias (que genera el software) y un PIN (que elige el usuario). Mark apuntó las palabras y las guardó en un papel –que se perdió de forma irremisible por accidente– y se inventó un PIN numérico, diferente pero similar de los que suele usar… Pero lo olvidó.
El relato es una especie de diario de cómo el desastre fue de mal en peor; de cómo los diferentes intentos de recuperar el PIN «probando y probando» solo hicieron que cada vez hubiera que esperar el doble de tiempo entre intentos… Lo cual paso pronto de ser de unos segundos a minutos, de minutos a horas y con perspectivas de covertirse en semanas, meses o años entre intentos. Sudor frío.
Mientras tanto con cotización de sus 7,5 bitcoins se elevababa. Pasaron de valer 3.000 a 30.000 dólares al cabo de algo más de un año, pero al no poder acceder a ellos nada se podía hacer con ellos.
La última parte del relato es sin duda la más épica, con la búsqueda de todo tipo de alternativas ingeniosas, incluyendo la hipnosis y diversos trucos psicológicos para recordar el PIN y también técnicas hackeriles, con algunos giros inesperados en la historia hasta la conclusión – que no desvelo porque sería como contar el final de un episodio de Black Mirror. Si te interesa, tendrás que leerlo en Wired.