En Quartz, Computer printers have been quietly embedding tracking codes in documents for decades,
En 2004, cuando las impresoras láser color todavía eran una novedad, la revista PCWorld publicó un artículo titulado Government Uses Color Laser Printer Technology to Track Documents. Aquella fue una de las primeras referencias a una práctica silenciosa que se ha mantenido durante 20 años. Reveló que las impresoras en color imprimían en los documentos una codificación que contenía el número de serie de la impresora y la fecha y hora en la que se había impreso el documento. Los códigos estaban formados por puntos de menos de un milímetro de diámetro y en tono amarillo que, al imprimirse sobre papel blanco, no resultaban visibles a simple vista.
La esteganografía de impresora empezó a utilizarse como medida de seguridad ante la preocupación que esa tecnología causó entonces en los gobiernos habida cuenta de las posibilidades que ofrecía la impresión láser en color, por ejemplo, para imprimir papel moneda o reproducir documentos oficiales.
Tanto fue así que algunos gobiernos —según el artículo de Qartz que recoge el testimonio de Peter Crean, ex directivo de Xerox— incluso rechazaron la posibilidad de importar esas impresora si no incorporaban algún tipo de medida que les permitiese en un momento dado averiguar quién había impreso el qué y cuándo.
El asunto no es nuevo y tras el artículo de PCWorld la EFF descodificó esos códigos en 2005, como ya recogimos en Microsiervos en su día. Desde entonces la EFF ofrece un programa online que interpreta los códigos detectados en documentos y devuelve su significado (básicamente, número de serie y fecha y hora de la impresión) y un listado (actualizado a 2015) de impresoras láser color para informar de qué fabricantes usan o usaban entonces el código de puntos amarillos y cuáles no.
El tema resurge ahora a raíz de los puntos amarillos detectados en un informe de la NSA (National Security Agency) filtrado recientemente al medio The Intercept.