Por Nacho Palou — 3 de junio de 2013

Las tarjetas bancarias sin contacto son similares a las tarjetas de débito y de crédito de toda la vida, aunque permiten pagar simplemente aproximando la tarjeta a un lector especial (como un dispositivo NFC o un lector RFID).

Las tarjetas sin contacto (contactless) están especialmente dirigida a realizar pagos menores de 20 euros: el café, el periódico, tabaco o el aparcamiento.

El uso de estas tarjetas es innegablemente rápido y cómodo: sólo hay que aproximar la tarjeta y no es necesario teclear, ni firmar ni llevarse recibo —si no se quiere— y «el PIN o número secreto sólo se solicitará en ocasiones» (según se puede leer en la web de Visa).

Sin embargo este fin de semana Mail Online ponía en duda la seguridad de este tipo de tarjetas en How 30 million 'wi-fi' credit cards can be plundered by cyber identity thieves exploiting contactless payment technology,

Hemos sido testigos de cómo se pueden extraer los datos de las tarjetas sin tocarlas utilizando un teléfono móvil modificado con un accesorio que se puede comprar en Internet por unos 35 euros.

El teléfono [utilizado por el reportero] había sido previamente adaptado y modificado por investigadores del Newcastle University’s Centre for Cybercrime and Computer Security.

De este modo, simplemente manteniendo el teléfono cerca de las carteras y bolsillos se pudieron descargar los datos de las tarjetas en un par de segundos, alimentando el temor de que esta tecnología puede ser aprovechada por los delincuentes en aglomeraciones o simplemente pasando muy cerca de alguien.

Hay quien apunta como medida de precaución llevar estas tarjetas en una funda de aluminio que bloquea las señales de radio. O hacerse definitivamente con una de estas carteras para paranoicos.

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