Hace unos meses Symantec «perdió» unos cuantos smartphones en varias ciudades de los Estados Unidos y Canadá con el objeto de ver qué hacían aquellas personas que se los encontraran con ellos.
A tal efecto les instalaron software que les permitía ver en remoto la ubicación de los teléfonos y lo que hacían con ellos.
Los resultados del estudio, presentados en The 'lost' cell phone project, and the dark things it says about us, fueron al menos curiosos: un 43 por ciento de los que los encontraron abrieron una aplicación llamada «banca en línea», un 53 por ciento en el archivo llamado «Recursos Humanos Nóminas», un 57 por ciento en el archivo «claves guardadas», un 60 por ciento abrió herramientas de redes sociales y el correo electrónico, y una carpeta llamada «fotos privadas» atrajo a un 72 por ciento.
Y a pesar de que el archivo de Contactos de los teléfonos en cuestión tenía sólo dos entradas, una de ellas marcada claramente como la del dueño del teléfono, sólo un 50 por ciento de las personas que los encontraron se pusieron en contacto con el supuesto dueño para devolverlos.
Así que… ¿Tienes tu teléfono protegido por algún tipo de clave? ¿Haces copias de seguridad de sus contenidos? ¿Puedes localizarlo, bloquearlo, o borrarlo en remoto?
Pues ya estás tardando, hace muuuucho que perder un teléfono supone mucho más que la molestia –que tampoco era poco– de perder tu agenda de contactos.
(Vía Schneier on Security).