La lección de hoy con Bill «EngineerGuy» está dedicada a los acelerómetros con que se equipan teléfonos inteligentes y otros dispositivos. ¿Cómo detectan el movimiento? ¿Cómo saben en qué orientación está apuntando el dispositivo? ¿Cómo detecta el teléfono que lo has girado? Existe una solución técnica para todo y en el vídeo está la explicación.
Es más o menos fácil de entender cómo funcionan los acelerómetros tradicionales con cierta componente «física»: tubitos, masas y muelles sobre los que actúa la gravedad, cuya posición y movimiento se puede captar (en los tres ejes especiales) sin demasiadas complicaciones. Lo que resulta más interesante es que eso mismo se pueda adaptar al formato microchip, fabricando sus equivalentes a pequeña escala y empleando pequeñas piezas conductoras de la electricidad que se comportan como esas masas aunque con movimientos mucho más delicados.
La medición de precisión de la corriente eléctrica que atraviesa esas minúsculas piezas ligeramente flexibles es lo que determina si físicamente se mueven o no –nuevamente, dependiendo de la gravedad o los movimientos del aparato– y con esa información ya se puede calcular lo que está sucediendo en el exterior. Las piezas clave de algunos acelerómetros tienen un tamaño de tan solo 500 micras (medio milímetro) y todo esto sucede dentro de un pequeñísimo chip perfectamente encapsulado.