El Airbus 320 utiliza ampliamente materiales compuestos en partes de su estructura. Fotografía (cc) Wicho.
En The Independent, Self-healing technology one step closer after scientists produce aircraft wings which fix themselves,
Un equipo de investigadores británicos ha logrado producir unas alas de avión que se autoreparan tras haber sufrido algún desperfecto (...) lo que supone un paso importante para una tecnología que en el futuro resolverá el problema de las roturas de pantalla en los móviles.
Por ejemplo.
En el caso de las alas la reparación se refiere a pequeñas fisuras y grietas que se producen habitualmente en partes del avión —caso de las alas o partes del fuselaje— pero son difíciles de ver a simple vista, lo que requiere realizar revisiones minuciosas periódicamente.
La tecnología autoreparable resulta posible en materiales compuestos como la fibra de carbono a los que se les aplica un recubrimiento específico. El recubrimiento contiene esferas microscópicas que contienen un agente líquido; cuando se produce un pequeño impacto o una grieta las microesferas se rompen, soltando el líquido de su interior en la grieta y sus alrededores; la reacción química que se produce endurece el compuesto, reparando la grieta a escala microscópica.
El tiempo necesario para completar la reparación depende completamente de la temperatura ambiente. Puede variar entre un par de horas cuando hace calor y un día completo si el clima es más frío.
Esta tecnología puede aplicarse, entre otras sitios, además de en partes de aviones o pantallas de móviles, en la carrocería de los coches —hace años Nissan ya desarrolló una pintura con propiedades parecidas—, en cascos de moto y en palas de aerogeneradores (de difícil acceso, especialmente en los parque eólicos marinos), raquetas, bicicletas, palos de golf y otros equipamientos deportivos.